Atenas despierta entre las cenizas causadas por la llamas de la ira popular

Atenas despertó hoy bajo una ligera y triste llovizna que parecía lamentar los destrozos causados el domingo durante los violentos disturbios, producidos tras la multitudinaria manifestación que cristalizó el descontento popular por la aprobación del acuerdo con la troika.

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Enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que protestan contra los acuerdos de la troika ayer en Atenas, Grecia.

Por las cenizas a las que quedaron reducidos numerosos edificios se adivinaba la creciente rabia que producen entre los griegos los recortes y un acuerdo aprobado por el parlamento sin prestar oído al pueblo (el 79 % de los griegos lo rechazan, según las encuestas).

Una ira que no se veía en Atenas desde hace años, concretamente tres: cuando el asesinato del joven Alexis Grigorópulos a manos de la policía desembocó en una violenta revuelta juvenil.

"Por desgracia parece que estamos reviviendo lo que pasó hace unos años", se lamentó el alcalde de Atenas, Yorgos Kaminis, en declaraciones al canal Mega.

Especialmente en las avenidas que comunican las céntricas plazas de Sintagma y Omonia el panorama asemejaba la resaca de un bombardeo: verjas metálicas retorcidas por el fuego, cristales rotos, tejados derrumbados y negocios saqueados.

Según los datos de los medios griegos, 48 edificios ardieron total o parcialmente, entre sedes bancarias, grandes tiendas y arcadas comerciales.

La pérdida más sentida es probablemente la del cine Attikon (1881), situado en un bello edificio neoclásico, que ardió durante horas alimentado por los cócteles molotov y el material inflamable de las butacas y los viejos rollos de películas.

Otro cine ardió parcialmente, el ASTY, pagando un alto precio por ser en el pasado una centro de torturas de la Gestapo durante la ocupación alemana en la II Guerra Mundial, y lugar simbólico de ira para una sociedad que se siente "vendida" a las presiones de la Alemania de Angela Merkel.

Unos 150 negocios vieron también sus productos saqueados y los propietarios se afanaban por limpiar los destrozos y los cristales rotos al inicio de una semana que se prevé será un nuevo quebradero de cabeza para las aseguradoras y un nuevo agosto para los reponedores de lunas de escaparate.

Con todo y a pesar de la situación económica crítica por la que atraviesan todas las instituciones griegas, el Ayuntamiento de Atenas prometió a los comerciantes ayuda para reparar los desperfectos.

Más de un centenar de personas resultaron heridas, de ellas la mitad policías, y se practicaron 130 detenciones, de acuerdo a datos de la policía.

Preguntado por la emisora Vima sobre si los disturbios se podían haber prevenido, Athanasios Kokkalakis, portavoz de la policía en Atenas, aseguró que hicieron todo lo que estuvo en sus manos.

"No podemos decir que estemos satisfechos de lo ocurrido en las últimas horas, en las que se han producido tantos desastres", dijo en una ambigua referencia a los disturbios y la aprobación del rescate, a la que también se ha opuesto una importante asociación policial, que reclama el arresto de la troika.