A lo largo de mis tres años como embajador, Estados Unidos ha respetado la soberanía de México en reconocimiento a todo lo que podemos lograr a través de una asociación entre iguales. En ese mismo espíritu comparto lo siguiente.
Por más de un cuarto de siglo, he ejercido el Derecho en las cortes más altas de Estados Unidos, incluyendo la Suprema Corte, las cortes federales, la Suprema Corte del estado de Colorado y otras cortes estatales. Me gradué de la Escuela de Derecho de la Universidad de Michigan en el año 1981 y tengo un profundo y duradero respeto por el Estado de Derecho.
Serví como procurador general de Colorado durante seis años, papel en el que trabajé como el principal funcionario a cargo de la aplicación de la ley en mi estado, y supervisé casos importantes ante los tribunales estatales y federales más relevantes.
Como senador de Estados Unidos, viajé a Irak, Afganistán y otros países, en donde vi de primera mano cómo las democracias no pueden funcionar sin un Poder Judicial fuerte, independiente y sin corrupción.
Creo que la fe y la confianza en el Estado de Derecho son algunos de nuestros valores compartidos que unen a nuestras naciones mientras que, para el sector privado, sientan las bases para construir confianza y fomentar las inversiones en un ambiente estable y predecible.
Basándome en mi experiencia de toda una vida apoyando el Estado de Derecho, creo que la elección directa de jueces representa un riesgo mayor para el funcionamiento de la democracia de México. Cualquier reforma judicial debe tener las salvaguardas que garanticen que el Poder Judicial sea fortalecido y no esté sujeto a la corrupción de la política.
También creo que el debate sobre la elección directa de jueces en estos tiempos, así como la política feroz si se llegaran a aprobar las elecciones de jueces en 2025 y 2027, amenazan la histórica relación comercial que hemos construido, la cual depende de la confianza de los inversionistas en el marco legal de México. Las elecciones directas también podrían hacer más fácil que los cárteles y otros actores malignos se aprovechen de jueces inexpertos con motivaciones políticas.
He tenido el honor de ser el embajador de los Estados Unidos los últimos tres años y, junto con el presidente Joe Biden y el presidente Andrés Manuel López Obrador, hemos logrado avances históricos para los pueblos de Estados Unidos y de México, teniendo como base nuestros principios de mutuo respeto y socios.
Gracias a la colaboración de nuestros presidentes, hemos hecho realidad la integración económica de América del Norte. Con el T-MEC, hemos traído prosperidad a nuestro continente y nos hemos convertido en los mayores socios comerciales en la historia del mundo. Nuestras cadenas de suministro están cada vez más integradas gracias a la visión compartida de hacer de América del Norte el mayor ejemplo de prosperidad económica del mundo.
A través de nuestros esfuerzos binacionales en materia de seguridad y conforme a nuestro respeto por la soberanía de México, hemos hecho esfuerzos históricos por enfrentar los desafíos de seguridad que afectan a los ciudadanos de Estados Unidos y México. Hemos trabajado juntos para prevenir crímenes violentos y hacer que quienes violan las leyes rindan cuentas. En ese sentido, hemos enfrentado el flagelo del fentanilo, el tráfico de armas y el tráfico de personas. A través de nuestros esfuerzos conjuntos y la presión ejercida sobre las organizaciones criminales transnacionales que generan violencia en ambos lados de la frontera, estamos haciendo que sus cabecillas y redes rindan cuentas.
Comprendemos la importancia de la lucha de México contra la corrupción judicial. Sin embargo, la elección directa y política de jueces, en mi punto de vista, no resolverá dicha corrupción judicial ni tampoco fortalecerá al Poder Judicial. También debilitaría los esfuerzos para hacer realidad la integración económica de América del Norte y crearía turbulencia, ya que el debate sobre la elección directa continuará durante los próximos años.
Un Poder Judicial fortalecido en México debe contar con jueces capaces de gestionar litigios complejos para las extradiciones, disputas comerciales y otras cuestiones. Sin embargo, la propuesta, tal como está, elimina los requisitos necesarios de tener a los jueces más calificados, incluyendo la reducción de los años de experiencia necesarios para servir en todos los niveles del Poder Judicial.
En Estados Unidos respetamos la soberanía de México y celebramos su democracia en las elecciones históricas que acaban de celebrarse. A medida que los líderes en México consideran la reforma judicial, espero que el último resultado conduzca a un Poder Judicial fuerte e independiente.
Agosto 22, 2024
Sobre la propuesta de reforma judicial en México.
- Comentarios
- Imprimir
- Enviar
- 160 lecturas