Verstappen sigue siendo el rey

El triple campeón del mundo neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que el domingo reforzó su liderato en el Mundial de Fórmula Uno al lograr, en el Gran Premio de España, su séptima victoria de la temporada, sigue siendo el rey.

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El piloto neerlandés Max Verstappen, del equipo Oracle Red Bull Racing, celebra su victoria en el Gran Premio de España de Fórmula 1. EFE/ Siu Wu

Puede que gane con menos ventaja, que sus rivales progresen y que su dominio no sea tan aplastante como hace un año. El inglés Lando Norris, en línea ascendente con su McLaren, se quedó a poco más de dos segundos; y sus compatriotas Lewis Hamilton -que completó el podio- y George Russell -cuarto en Montmeló- también experimentan como mejora su Mercedes. Pero al final de la jornada, en el Circuit de Barcelona-Catalunya volvió a sonar la melodía que desde hace dos años y medio es la habitual después de las carreras de F1: el himno de Países Bajos.

'Mad Max' elevó a 61 su tercera marca histórica de victorias en la categoría reina. Ganó la carrera 1.111 de la historia de la F1. Cuatro 'unos' que coinciden con la cuarta victoria del '1' -las últimas tres, seguidas-, en la pista de las afueras de la Ciudad Condal. Donde hace ocho años, cuando tenía 18, se convirtió en el más joven ganador de la historia.

El astro neerlandés es insaciable, a bordo de un monoplaza dominante con el que el año pasado logró su tercera corona seguida, con el que Red Bull sólo dejó de ganar una carrera el año pasado -la que se anotó el español Carlos Sainz (Ferrari) en Singapur-, y con el que elevó a 19 su propio récord de victorias en una misma temporada. Los otros dos triunfos de 2023 -curso en el que la escudería austríaca revalidó título de constructores- los firmó su compañero, el mexicano Sergio Pérez.

De las primeras ocho carreras, Verstappen dejó sin ganar tres -en Australia, donde Sainz logró una victoria épica, apenas dos semanas después de ser operado de una apendicitis-; en Miami (EEUU), donde Lando festejó su primer triunfo en la F1; y en Mónaco, donde Charles Leclerc (Ferrari) ganó delante de su afición -no pocos quisieron ver que aún quedaba mucho por discutir en el Mundial-.

Pero el ídolo deportivo de los Países Bajos ganó en Canadá y, hace unas horas, lo volvió a hacer en Barcelona. Su porcentaje de éxito es del 70 por ciento esta campaña y ahora lidera el Mundial con 219 puntos, 69 más que Norris,, y con 71 sobre Leclerc, quinto el domingo en Montmeló. Lo que implica que, pase lo que pase los dos próximos fines de semana en los Grandes Premios de Austria -con formato sprint y donde Red Bull corre, literalmente, en casa- y Gran Bretaña, Verstappen saldrá líder de Silverstone.

Hamilton, de 39 años, cuyas seis victorias -las últimas cinco, seguidas (2017-2021)- en la pista barcelonesa sólo iguala el otro séptuple campeón mundial, el alemán Michael Schumacher, había olido, con menor intensidad, una fragancia que le trae excelentes recuerdos el viernes, cuando encabezó una tabla de tiempos en la primera jornada de entrenamientos en la que el que más se le acercó -a 22 milésimas- fue el español Carlos Sainz (Ferrari).

El talentoso piloto madrileño -diez años más joven que el piloto que lo sustituirá en 2025 en Ferrari- invitó a soñar, de forma definitiva, a la afición local cuando el sábado, horas antes de la calificación, marcó el mejor tiempo en el tercer y último libre.

Tanto Hamilton -con seis puestos preferentes en parrilla en Barcelona, donde había sido segundo el año pasado- como Sainz (del que se espera algún anuncio pronto), aspiraban a la 'pole', pero a la hora de la verdad, Verstappen apretó a tope y sólo se dejó sorprender por Norris, que le arrebató la primera plaza en parrilla, en el último suspiro, por sólo dos centésimas.

El súper-depredador neerlandés rebasó a Norris a las primeras de cambio, poco antes de que a ambos los sorprendiese en la salida Russell, del que Max dio cuenta dos giros después. A partir de ahí, gestionó bien los neumáticos, su equipo ejecutó una estrategia casi perfecta -con récord de 'pit stop' incluido- y, a pesar de que Lando le apretó en las últimas vueltas, el inglés se tuvo que conformar con el punto extra de la vuelta rápida, en una carrera en la que su tope fue secundar al reforzado líder.

Sainz -que indicó a EFE en Montmeló que espera que "en Austria las cosas irán mejor"- acabó en el sexto puesto con el que tomó la salida y certificó su cuarta plaza en el campeonato, con 116 puntos: cinco más que 'Checo', que sigue quinto, en espera de avances en Spielberg, después de acabar octavo el Gran Premio de España, en el que Red Bull amplió a sesenta unidades (330-270) la ventaja que le lleva a Ferrari en el Mundial.

Alonso no puntuó esta vez en la pista en la que festejó dos de sus 32 victorias en la F1; en 2006, desde la 'pole'; y en 2013, desde la posición más retrasada con la que se ha ganado en Montmeló: la quinta.

El Aston Martin está bastante alejado del lugar en el que se encontraba el año pasado después de las primeras diez carreras -en las que el genio astur ya había sumado seis podios- y Alonso se marchó enfadado de la pista catalana. Pero, al menos, en un aspecto, Verstappen le dio la razón.

A principios de semana, en una entrevista con la Agencia EFE, Fernando afirmó que el neerlandés -del que dijo que es el piloto que más se le parece- está "en el año de su cuarto título". Y, aunque aún queda más de medio Mundial, hoy por hoy quedó muy claro que el rey, en la categoría reina, sigue siendo 'Mad Max'.

Alonso, en una segunda juventud a los 42 años y que disputó por vigésima primera vez un Gran Premio de España, que sabe muy bien lo que dice -por algo es el piloto que más carreras ha disputado en la categoría reina- y no tiene pelos en la lengua, volvió a hablar muy claro después de la carrera en Montmeló, explicando cuál es la situación, en la F1 y en su propia escudería. Quinta en el Mundial de constructores, con 58 puntos, a 93 de Mercedes, que es cuarta.

"Aquí sólo hay uno contento, que es Verstappen. Norris ha mejorado mucho, pero no ha ganado la carrera. Los Mercedes han dado un paso adelante, pero están a años luz de Red Bull o de luchar por el campeonato. Los Ferrari son un 'súper equipo' y no están ni en el podio. Así que vamos a poner todo en contexto", dijo. "En Austria no espero nada y espero un 'mini funeral' en cada rueda de prensa", declaró Alonso, provocando la risa de los periodistas españoles presentes en el 'corralito' de Montmeló.

"No vamos a decir que estamos contentos de estar aquí, fuera de los puntos. ¿Que nos gustaría estar en el podio? Sin duda alguna. Pero vamos a intentar ganar algún día; en un corto futuro, esperemos. Y para eso hay que caminar antes de correr. Y ahora mismo no sabemos ni caminar. Así que vamos poco a poco. ¿Hungría la clave? (en referencia a posibles mejoras efectivas en su coche con la carrera posterior a Silverstone). Menos prometer, más hablar", apuntó el genial piloto asturiano después del Gran Premio de España.