"Muchas vidas están en peligro, y no sólo la de mi marido, un opositor desde hace largo tiempo al régimen, sino también la de otras voces críticas relevantes", aseguró Eugenia Kara Murza en una rueda de prensa en la sede de la ONU en Ginebra, junto a representantes de la ONG de derechos humanos Memorial.
Su marido, condenado a 25 años de prisión por "alta traición" el pasado año, sufre problemas neurológicos tras haber sufrido dos intentos de envenenamiento en 2015 y 2017, y en enero fue también transferido a una colonia penal ártica, en régimen de aislamiento.
El líder opositor, señaló su esposa, es un ejemplo de "todos los que están en prisión aquejados de graves problemas de salud, cuyo estado se deteriora en cautiverio, y que son privados del adecuado cuidado médico que necesitan, por lo que sus vidas están en peligro".
Kara-Murza relató que la última vez que los tres hijos de la pareja pudieron hablar con su padre fue en diciembre, cuando las autoridades sólo les dieron 15 minutos para conversar con él telefónicamente: "Ello significaba que sólo tenían cinco minutos cada uno para hablar con él, les tuve que cronometrar", lamentó.
La abogada y colaboradora con Memorial Violetta Fitsner, quien participó en la misma rueda de prensa, señaló que al menos 70 prisioneros políticos de los cerca de 700 documentados en Rusia sufren problemas de salud, físicos y mentales, por lo que demandó su liberación.
Kara Murza resumió la situación señalando que el régimen de Vladímir Putin "utiliza una maquinaria represiva al estilo soviético para destruir cualquier alternativa".
"Cientos de valientes ciudadanos rusos acaban en prisión porque su integridad no les permite estar callados ante los crímenes cometidos por el régimen, pero ellos simbolizan la alternativa", aseguró la esposa del líder opositor. EFE