En esa reunión, Ban dio la bienvenida al nuevo liderazgo político libio, el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafá Abdul Jalil, y su primer ministro, Mahmud Jibril, al tiempo que destacó la lucha del pueblo libio por sus derechos y libertades fundamentales.
"Esos son los cimientos de cualquier sociedad democrática moderna", afirmó Ban, que también señaló que "si son firmes, otros pilares pueden elevarse con seguridad: recuperación económica, reparación de la infraestructura, restauración de los servicios públicos, creación de nuevas instituciones de gobierno y establecimiento de la ley y el orden".
Por su parte, el presidente del CNT, Mustafá Abdul Jalil, afirmó que el levantamiento contra Muamar el Gadafi, en el poder durante más de cuarenta años, le ha costado a su país 25.000 vidas y el doble de heridos.
Jalil expresó su agradecimiento a la ONU y a los países aliados por su ayuda contra el régimen del coronel Gadafi, al tiempo que calificó de "crucial" esa asistencia para encarar la tremenda superioridad de las fuerzas que Gadafi ha dirigido contra su pueblo.
A las palabras del máximo responsable de Naciones Unidas se unieron las del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien señaló que tras décadas de oscurantismo, los libios se han librado de la tiranía y señaló que, si bien el mérito pertenece al pueblo libio, la comunidad internacional también ha mostrado lo que se puede lograr al actuar unidos.
"Siempre nos perseguirán las atrocidades que no evitamos y las vidas que no salvamos. Pero esta vez fue diferente. Esta vez, por medio de las Naciones Unidas hallamos el valor y la voluntad colectiva de actuar", puntualizó Obama.
Asimismo, consideró que por esos motivos, el país magrebí "puede ser modelo de actuación de la comunidad internacional en el siglo XXI".
Obama subrayó también que su país trabajará "estrechamente con la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia y con las naciones aquí reunidas aquí para asistir al pueblo libio en el duro camino que les queda por delante".
En Libia, con Gadafi en paradero desconocido, continúan los combates en los enclaves aún en poder del antiguo régimen, como Bani Walid.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el pasado viernes la resolución 2009 sobre Libia, que sustituye a las adoptadas al inicio del conflicto hace seis meses, establece una misión política del organismo multinacional sobre el terreno y adapta a la nueva situación medidas anteriores como el embargo de armas y el bloqueo de bienes.
Ese documento contiene los detalles de la ayuda inmediata de la ONU a las autoridades de transición libias de cara a la celebración de elecciones y la redacción de una constitución, además de establecer los pasos para desbloquear millones de dólares congelados desde hace meses.
Asimismo, estableció la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) por un período inicial de tres meses, con el mandato de, entre otros objetivos, "entablar un diálogo político sin exclusiones, propiciar la reconciliación nacional y emprender el proceso constituyente y electoral", según la resolución.
"Corresponde a los libios y nadie más decidir cuál será el futuro de Libia", afirmó, por su parte, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, durante esa reunión a la que asistieron representantes de setenta países y organismos internacionales.
Francia, junto a Estados Unidos, Reino Unido y "todos los socios de la coalición, nos quedaremos para hacer el trabajo durante el tiempo que los revolucionarios libios lo necesiten", indicó Sarkozy.
Por su parte, la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, consideró que la presencia del Consejo Nacional de Transición de Libia en Naciones Unidas supone su reconocimiento internacional.
"La reunión de hoy en Nueva York del grupo de amigos de Libia supone otorgarle al CNT una legitimidad internacional amplia, y es también la primera reunión que se produce desde que se aprobó la resolución 2009, con la nueva misión de ayuda a Libia", dijo la responsable de la diplomacia española durante un encuentro con la prensa.
El primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, expresó su apoyo "al futuro liderazgo de Libia", al tiempo que subrayó el apoyo de su país "a la prevención de todas las formas de discriminación" y para que las mujeres libias se incorporen al proceso de transición política y a la vida pública.
"Ningún país se puede desarrollar de forma democrática e incluyente sin la plena participación de las mujeres", señaló.