Biden se reúne con las víctimas de un tiroteo y propone más controles a las armas

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió este martes en Monterey Park (Los Ángeles, California) con familiares de víctimas del tiroteo que acabó con la vida de 11 personas en enero y promovió nuevas medidas de control de armas de fuego.

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El presidente estadounidense Joe Biden habla en el Boys & Girls Club de West San Gabriel Valley en Monterey Park. EFE/EPA/Allison Cena

Biden, que horas antes firmó una orden ejecutiva para tratar de restringir la venta de ese tipo de armas, llegó a esta localidad acompañado por la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, y por Brandon Tsay, el héroe anónimo que desarmó al autor del ataque producido allí durante las celebraciones del Año Nuevo chino.

"Este es lugar de refugio desde hace años para generaciones con diferentes raíces. (...) Aquel fue un día de celebración que pasó a ser de miedo y oscuridad", afirmó el jefe del Ejecutivo estadounidense desde el epicentro de la comunidad asiática en el condado de Los Ángeles.

El mandatario aprovechó la ocasión para transmitirle su "dolor" tanto a los allegados de las víctimas mortales como a los supervivientes de la masacre: "Sé que sentís un agujero en vuestro pecho que no os deja respirar y que cada detalle de vuestro día a día os trae recuerdos".

Tras esto, Biden recordó a algunas de las personas asesinadas, pidió un aplauso para Tsay y aseguró que en Estados Unidos se perseguirán "todos los crímenes de odio contra la población asiática".

"Personas de China, Filipinas, Vietnam o Taiwan forman parte de la historia de América. (...) Esta semana incluso una película sobre su poder y resiliencia hizo historia en los Óscar", indicó en referencia a "Everything Everywhere All at Once", que se hizo con 7 estatuillas.

La orden ejecutiva que el presidente sacó adelante este mismo martes impulsará mejoras para apoyar a supervivientes y familiares de víctimas de tiroteos durante sus procesos de recuperación en términos de salud mental.

Para ello, la Secretaría de Salud y la Fiscalía General deberán presentar a la Presidencia una propuesta con ese objetivo antes del 15 de septiembre de este año.

Además, el presidente encargará al fiscal general de EE.UU, Merrick Garland, que ajuste la definición legal actual de las empresas que venden armas para que se ciñan en mayor medida a la ley que les obliga a verificar los antecedentes penales de los compradores.

"Es de sentido común comprobar si alguien ha cometido un delito o abuso antes de venderle un arma", añadió al respecto.

En esa línea, el mandatario detalló que se pondrán en marcha campañas de información sobre las denominadas leyes de "alerta de peligro (Red Flag)", que permiten activar un procedimiento legal para confiscar las armas de fuego de quienes representen un peligro para terceros o para sí mismos.

En junio se cumplirá un año desde que el Congreso aprobó un limitado pero histórico acuerdo legislativo para el control de las armas de fuego.

Sin embargo, esta ley se ha encontrado con la oposición de algunos miembros del Partido Republicano, quienes argumentaron que viola los derechos constitucionales.

El presidente estadounidense concluyó su discurso dirigiéndose a ellos e insistiendo en la "necesidad" de aprobar "medidas adicionales" para prohibir las armas de asalto y los cargadores de gran capacidad.