A punto de cumplirse los 50 años del secuestro y asesinato de los miembros del equipo israelí, el 5 de septiembre de 1972, el Ejecutivo del canciller Olaf Scholz expresó su "satisfacción· por el "resultado positivo" de las negociaciones entabladas con los allegados.
Con el acuerdo se logra "recordar con dignidad a cada una de las víctimas" de un atentado cuya "dimensión política sigue siendo actual", según un comunicado emitido por el portavoz gubernamental, Steffen Hebestreit.
Según informaciones de la televisión pública ARD, el acuerdo contempla el pago de 28 millones de euros, de los cuales 22 millones irán a cargo del gobierno federal y el resto a repartir entre la ciudad de Múnich y el "Land" de Baviera.
Con ello se posibilita, además, la asistencia de los familiares a las conmemoraciones de la semana próxima en Múnich, a la que asistirán el presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, y el israelí, Isaac Herzog.
Los allegados de las víctimas habían decidido no acudir a esos actos, en protesta por lo que consideraban una oferta "insultante" de indemnización -menos de la mitad de lo ahora pactado-, así como el hecho de que sigue sin haber una investigación objetivo de lo ocurrido.
Las negociaciones se reactivaron unas semanas antes del aniversario, después de que los familiares transmitieran por carta su decisión de no acudir al aniversario al primer ministro bávaro, Markus Söder.
Los allegados imputaban tanto a las autoridades federales alemanas como a las de Baviera "50 años de mentiras y encubrimientos", en relación con el desenlace del operativo desplegado para liberar a los rehenes, que terminó en baño de sangre.
El comando "Septiembre Negro", integrado por ocho miembros, irrumpió en la villa olímpica de Múnich la madrugada del 5 de septiembre y tomaron como rehenes a los miembros del equipo israelí.
Exigían la liberación de 234 presos palestinos, así como la de los líderes de la banda terrorista alemán Fracción del Ejército Rojo (RAF), Andreas Baader y Ulrike Meinhof.
Dos de los rehenes fueron asesinados poco después, mientras que el resto murió en el operativo policial desplegado para liberarlos, que resultó un fracaso.
La ceremonia del aniversario tendrá lugar en la base militar de Fürstenfeldbrück, adonde se dirigieron los secuestradores con sus rehenes a bordo de dos helicópteros y donde tuvo lugar el fallido asalto policial.