El segundo de los tres cálculos hechos por el Departamento de Comercio sobre el incremento del Producto Interior Bruto (PIB) estadounidense entre abril y junio de 2011 es tres décimas inferior al primero.
Esta revisión a la baja, que ejemplifica la debilidad que arrastra todavía la economía estadounidense tras la reciente crisis global, incrementa los temores sobre una nueva recesión, alentados también por un índice de desempleo que se mantiene alto, en el 9.1 por ciento.
El pobre crecimiento entre abril y junio se debió a la ralentización en el aumento de las exportaciones y al descenso de la inversión privada.
En cuanto al gasto de los consumidores, aumentó un 0.4 por ciento en el segundo trimestre, frente al 0.1 por ciento calculado inicialmente por el Departamento de Comercio.
Pese a la revisión al alza de ese indicador, que en Estados Unidos equivale a más de dos tercios del PIB, su crecimiento está muy por debajo del 2.1 por ciento registrado entre enero y marzo.
Precisamente hoy, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, pronunciará un discurso en un encuentro en Jackson Hole (Wyoming) en el que podría proponer nuevas medidas de estímulo monetario para la economía.