Kathryn García, la alta funcionaria que quiere administrar la Gran Manzana

La demócrata Kathryn García es consciente de que no tiene el carisma deslumbrante de otros candidatos de su partido a la alcaldía de la Gran Manzana y reconoce que muchas veces no se siente cómoda en la piel de un político, pero en una entrevista a Efe esta exalta funcionaria del Ayuntamiento de Nueva York se muestra convencida de que la ciudad necesita un tecnócrata para volver a levantarse tras la pandemia.

"No soy una política, soy una servidora pública, y la ciudad necesita a alguien que realmente entienda cómo funciona. Sé que puedo hacer el trabajo", asegura García en la sede de su campaña del distrito de Brooklyn, donde se escucha el tráfico de la concurrida Avenida Atlantic y la llamada a la oración de una mezquita cercana.

García, hija adoptiva en una familia multirracial y que tomó el apellido de su exmarido de origen puertorriqueño, desarrolló los últimos años de su carrera profesional dirigiendo el Departamento de Saneamiento de Nueva York, puesto que abandonó para presentarse a las primarias demócratas que se celebrarán el próximo 22 de junio.

FORTALEZAS Y DEBILIDADES

"Las fortalezas que aporto es la experiencia, la rapidez y una visión real de hacia dónde quiero que vaya la ciudad", dice la aspirante, que dentro del espectro político de los candidatos del Partido Demócrata se sitúa en el lado conservador junto a otros dos favoritos, el presidente del distrito de Brooklyn, Eric Adams, y el empresario Andrew Yang.

Dentro del ala más progresista compiten la otra candidata con opciones, Maya Wiley, y el interventor de la ciudad, Scott Stringer.

Pero García no quiere encasillarse y si bien no duda en remarcar que ella no es socialista, para desmarcarse de los aspirantes más izquierdistas, prefiere describirse como "práctica, como una progresista que quiere soluciones que funcionen. No estoy interesada en el etiquetado, sino en cómo hacer que la gente viva más segura, en cómo nos unimos para solucionar los problemas".

Entre sus debilidades dice: "No tengo ningún favor que reclamar, y esto puede ser una debilidad en política", pero además, reconoce que no se siente cómoda ante los focos.

"En la mayoría de los casos no querría ser nombrada, tampoco querría hablar con todos ustedes", confiesa García entre risas, durante la entrevista, que tiene lugar tras un encuentro con un puñado de medios latinoamericanos en el que insistió en que favorecerá las oportunidades económicas de los más necesitados y mejorará la educación en las escuelas públicas.

EL RESPALDO DEL NEW YORK TIMES

Su candidatura pasó casi desapercibida durante los primeros compases de la carrera, hasta que el 10 de mayo el diario The New York Times anunció que respaldaba a García, poniéndola en el foco de atención y catapultándola hasta el círculo de los favoritos.

Desde entonces, en discursos, debates políticos y en su publicidad de campaña aprovecha siempre cualquier momento para recordar que es la favorita del prestigioso diario neoyorquino y también del Daily News.

"Obtuve el respaldo del Times y del Daily News por mi historial de resolver problemas realmente imposibles, que no se logra a través de mucha retórica, sino bajando al terreno, mirando los datos y ayudando a la gente", dice la candidata, que recientemente cumplió 51 años.

Reconoce que el apoyo de ambos diarios "marcó una gran diferencia" para que su nombre comenzara a sonar entre los votantes demócratas.

"Pero el elemento más importante es que una vez que obtuve el reconocimiento del nombre, la gente supo lo que quería hacer, y se dijo: ¡Oh! Esto es lo que yo quiero, y por eso ha sido un éxito", dice.

FRENTA A LA VIOLENCA: "PODEMOS CAMINAR Y MASCAR CHICLE AL MISMO TIEMPO"

Sobre la seguridad y el aumento de la violencia armada en Nueva York, una de las cuestiones más controvertidas de la campaña, García intenta ofrecer un punto medio entre los más consevardores que proponen reforzar a la policía y los más progresistas que abogan por retirar fondos a los cuerpos de seguridad e invertir más en programas sociales y comunitarios.

"Hay que tener una ciudad segura y la Policía es parte de eso. Pero también hay que invertir en la gente. Podemos caminar y mascar chicle al mismo tiempo. No siempre hay que usar un martillo, si no se necesita, pero la policía es totalmente parte de la solución y necesitamos que la gente se sienta segura y de que los agentes van a ser quienes les protejan", explica.

Tras el 22 de junio se conocerá el candidato demócrata que se enfrentará al republicano en los comicios a la alcaldía que se celebrarán el 2 de noviembre, y en los que muy previsiblemente se imponga el candidato demócrata dada la tradición progresista de la ciudad.