Esa es la advertencia, y la condición, que explica la ministra búlgara de Exteriores, Ekaterina Zaharieva, en una entrevista con Efe, en la que plantea que las relaciones entre Bulgaria y Macedonia deberían imitar a las que tiene España con Latinoamérica.
"HISTORIA FALSA"
"El problema con la Historia, es que la interpretación mentirosa y falsa de eventos, personas y hechos tiene un impacto directo en la realidad de hoy, y hace nacer un discurso de odio y una campaña negativa contra Bulgaria y los búlgaros, algo totalmente inaceptable para nosotros", explica Zaharieva en la charla.
La también viceprimera ministra acusa a la elite política macedonia de llevar tres décadas, desde su independencia de Yugoslavia, "estimulando y tolerando ese discurso de odio", algo que ha acabado, denuncia, influyendo en la gente común del país.
El Gobierno búlgaro vetó la semana pasada el inicio de las negociaciones para la entrada de Macedonia del Norte en la UE.
Sofía exige que Macedonia reconozca que los dos países tienen una historia y lengua común, ya que considera que los eslavos de Macedonia del Norte son búlgaros que hablan un dialecto del búlgaro, pero a quienes el régimen comunista de Yugoslavia dio una nueva identidad y lengua "macedonia".
"Bulgaria nunca ha disputado el derecho de existencia de un Estado (macedonio), su soberanía y su deseo de llamar a su idioma como quieran. Pero todo esto no debe ser a costa de mentir y de negar cómo fue creada esta nación", subraya Zaharieva.
OCUPACIÓN FASCISTA
La ministra, por ejemplo, afirma que en los libros escolares de historia se "enseña el odio y se sentencia que todos los búlgaros son fascistas", en relación al hecho de que Bulgaria, como aliada de la Alemania nazi, ocupó lo que ahora es Macedonia del Norte durante la II Guerra Mundial.
"Pongo como ejemplo América Latina: el hecho de que argentinos y chilenos hablen español no los hace menos argentinos o chilenos. El hecho de que tuvieran una historia común en algún momento del pasado no los convierte en Estados menos soberanos en la actualidad. Al contrario, los acerca", compara la responsable de Exteriores.
Así, afirma que igual que España es uno de los mayores partidarios de que la UE desarrolle relaciones con los países latinoamericanos, Bulgaria fue el primer país que reconoció la independencia de Macedonia en 1991 y lanzó la perspectiva europea de los Balcanes Occidentales durante su presidencia de la UE en 2018.
ACUERDO INCUMPLIDO
Bulgaria afirma también que Macedonia ha dejado de cumplir el Acuerdo de Buena Vecindad y Amistad ratificado en 2017 y que incluía una comisión para aclarar asuntos históricos que avanzó en algunos puntos, pero quedó paralizado por disputas sobre la lucha contra la ocupación otomana a fines de siglo XIX.
"La República de Macedonia del Norte tiene un sólido historial de incumplimiento de acuerdos bilaterales" critica Zaharieva.
La ministra asegura que desde que Macedonia entró el la OTAN el pasado marzo, se ha frenado el cumplimiento de todas las esferas de cooperación, desde la economía hasta las infraestructuras o la educación, del acuerdo de vecindad.
Otro punto de preocupación para Bulgaria es la posibilidad de reclamaciones territoriales de Macedonia y sus pretensiones de la existencia de una minoría macedonia en Bulgaria.
"Es otro intento de deformación de la historia que crea una base para el irredentismo. Y países como España, por ejemplo, saben perfectamente el peligro que surge del irredentismo", destaca.
Tras el fin del veto griego a la entrada de Macedonia en la UE y la OTAN, tras aceptar Skopje añadir "del Norte" al nombre del país, Bulgaria es el único país de la UE con un conflicto bilateral, con Macedonia del Norte.
Preguntada por si los socios europeos entienden su postura, la ministra recuerda que Grecia tampoco fue comprendida durante los 15 años que mantuvo su veto.
"Todas estas condiciones están en el Tratado de 2017, que Skopje simplemente tiene que respetar", subraya Zaharieva.
Bulgaria ha resumido sus condiciones en que el marco negociador con Macedonia incluya tres puntos esenciales: la formulación del idioma oficial en la República Macedonia del Norte; una hoja de ruta de realización del Tratado de 2017 y la renuncia de Skopje a la existencia de una minoría macedonia en Bulgaria.