Azar, el funcionario de mayor rango estadounidense en realizar una visita oficial a Taipéi desde 1979, presentó sus respetos ante un memorial de Lee en la Casa de Huéspedes de Taipéi, y escribió en una pared conmemorativa que "el legado democrático de Lee impulsará para siempre las relaciones entre Estados Unidos y Taiwán".
Azar alabó en un discurso la labor del difunto Lee, primer presidente taiwanés elegido en 1996 en votación universal y directa, a quien definió como "un gran hombre en la marcha global por la democracia".
"El legado democrático que construyó hizo de Taiwán un líder en libertades, crecimiento económico y salud global. Fue uno de los hombres más destacados de la historia taiwanesa, de la asiática y del camino hacia la democracia en todo el mundo", dijo.
Lee gobernó la isla durante doce años, impulsó un proceso de "taiwanización" de la isla y se ganó la animadversión de Pekín al propugnar que China y Taiwán siguiesen caminos separados.
Azar estuvo hoy acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores taiwanés, Joseph Wu, con quien ya se reunió el martes, y por el director del Instituto Americano de Taiwán (AIT, la embajada "de facto" de Estados Unidos en la isla), William Brent Christensen.
UNA VISITA SIMBÓLICA ENVUELTA EN TEMAS SANITARIOS
En su visita, simbólica y centrada en temas sanitarios, Azar elogió también a la isla por su labor en la lucha contra la COVID-19: "Sus éxitos deben ser reconocidos en el ámbito global", aseguró en su reunión con Wu, en la que insistió en que Taiwán ha sido un modelo para el mundo.
"Taiwán debería poder compartir las lecciones que ha aprendido en los foros internacionales, y es dañino y contraproducente que se la excluya", señaló, en referencia a que China se opone a que la isla forme parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Azar también tuvo palabras para Pekín y en declaraciones a la prensa local atacó al país con argumentos similares a los esgrimidos habitualmente por el presidente estadounidense Donald Trump, quien ayer aseguró que no tiene en mente realizar una visita a la isla.
"China tuvo la oportunidad de avisar al mundo del coronavirus y eligió no hacerlo. El coste de esa elección aumenta cada día. No es exagerado decir que si el virus hubiese comenzado a propagarse en Taiwán o en EEUU, habríamos terminado con él rápidamente. Habríamos notificado a las autoridades sanitarias, quienes habrían compartido lo que sabían con los profesionales y con el público", afirmó Azar.
No obstante, "Pekín se resistió a compartir la información que tenía en sus manos, amordazó a doctores que alzaron la voz y lastró la respuesta del mundo", agregó.
CRÍTICAS DESDE PEKÍN
Mientras Taiwán certificaba que sigue buscando el apoyo de EEUU para evitar que China convierta a la isla "en el próximo Hong Kong", según su canciller, Pekín, que reclama la soberanía de la isla, ha criticado y protestado enérgicamente por esta visita.
Apenas una hora antes de que comenzase el encuentro entre Azar y la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen, calificado como "histórico" por los medios taiwaneses, cazas chinos cruzaron la línea imaginaria que divide el estrecho de Taiwán en una maniobra que se podría interpretar como parte de la protesta de Pekín.
"China se opone a cualquier interacción oficial entre EEUU y Taiwán. La cuestión taiwanesa es sensible y de suma importancia, y EEUU ha vuelto a incumplir sus promesas. Instamos a Washington a que maneje este asunto de manera prudente para evitar dañar las relaciones bilaterales y la paz en el Estrecho", aseveró esta semana el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Zhao Lijian.
Además, el encuentro de Azar con Tsai no estuvo exento de controversia, y los medios han subrayado el hecho de que el funcionario estadounidense pronunciara mal el nombre de la presidenta taiwanesa al dirigirse a ella articulando un fonema que se asemeja más al apellido del presidente chino, Xi Jinping.
"Esta visita, que algunos medios han vendido como la de 'más alto nivel', no es más que una broma de mal gusto. Azar ha quedado en el más absoluto de los ridículos con sus errores de dicción", valora el académico Chen I-hsin, profesor honorario de la Universidad Tamkang taiwanesa, en declaraciones al rotativo chino Global Times.
Por su parte, Azar trató de aclarar el incidente: "Me referí a Tsai cinco veces, y en una de ellas pronuncié mal, sí. La presidenta Tsai no se ha sentido ofendida, no hubo mala intención", afirmó a los medios taiwaneses.
La visita se produjo en un momento de alta tensión entre China y Estados Unidos en varios frentes, entre ellos comercial y tecnológico, y Taiwán constituye uno de los asuntos más delicados para Pekín, que ha declarado en varias ocasiones su intención de recuperar el territorio por la fuerza si fuera necesario.
"EEUU usa a Taiwán como un peón en sus juegos geopolíticos con China y Tsai ha caído en la trampa. Pero Washington no puede ser tan estúpido como para creer que sus estratagemas van a dar frutos. Han de saber que nada puede hacerse para separar a Taiwán de China ni para que China renuncie a su soberanía e integridad territorial", zanja el rotativo China Daily en un editorial.
China considera a Taiwán una provincia rebelde que ha de volver a su soberanía, mientras que la isla funciona de manera autónoma desde 1949.
Aunque EEUU rompió las relaciones diplomáticas oficiales con Taipéi en 1979 y las cambió por Pekín, Washington ha seguido manteniendo intercambios desde entonces y la administración Trump ha intensificado la venta de armas a la isla.