Se trata de un complejo situado en Wollo-ri, a las afueras del distrito de Mangyondae (oeste de Pionyang), con "una serie de características" que indican que tiene ese cometido, escribe en su blog (armscontrolwonk.com) Jeffrey Lewis, reputado experto del estadounidense Centro de Estudios para la No Proliferación James Martin.
El lugar parece tener instalaciones subterráneas y cuenta con un "robusto perímetro de seguridad" y edificios residenciales de varias plantas, precisamente el tipo de construcción en el que el régimen suele alojar a "científicos y técnicos involucrados en los programas nuclear y de misiles".
Lewis incide en que estas residencias quedan dentro del perímetro, lo que separa al personal de las comunidades circundantes, o en el hecho de que ha identificado los típicos monumentos que conmemoran visitas de los líderes norcoreanas que justo en este caso no han sido publicitadas por medios del régimen.
El análisis del persistente e importante flujo de tráfico y de la presencia de un tipo específico de vehículos en Wollo-ri indica que la manufactura está a pleno rendimiento estos días y se mantuvo también activa en 2018 y 2019, cuando Corea del Norte y Estados Unidos celebraron sus tres cumbres sobre desnuclearización.
Todas estas características, unidas al hecho de que Wollo-ri está cerca de la planta de enriquecimiento de uranio de Kangson, en la vecina ciudad de Nampo (costa occidental norcoreana), certifican, según Lewis, las sospechas de la inteligencia estadounidense de que el lugar "tiene un rol en la manufactura" de cabezas nucleares.
El experto indica sin embargo que aún no está claro si el lugar está destinado "al ensamblaje final de las cabezas o a la producción de componentes" para las mismas.
Por voluntad propia y aparentemente para facilitar las negociaciones sobre desarme, Corea del Norte mantiene desde finales de 2017 suspendidas sus pruebas nucleares y de misiles de alcance intercontinental (ICBM).
No obstante, el diálogo sobre desnuclearización está en punto muerto desde la fracasada cumbre de Hanói en febrero de 2019, donde EE.UU. se negó a levantar sanciones al considerar insuficiente la oferta de desarme norcoreana.