En un comunicado, el Pentágono explicó que los destructores USS Donald Cook, USS Porter, USS Roosevelt y el barco de apoyo de combate USNS Supply navegarán en estas aguas junto al británico HMS Kent para "asegurar la libertad de navegación y demostrar una integración sin costuras entre aliados".
"En estos tiempos difíciles, es más importante que nunca mantener estable la constante de operaciones en el teatro europeo, a la vez que se toman medidas prudentes para proteger la salud de nuestras fuerzas", expuso la vicealmierante Lisa Franchetti, comandante de la Sexta Flota de EE.UU., cuyo cuartel general está en Nápoles (Italia).
Los barcos de superficie del Ejercito estadounidense no habían surcado estas aguas desde mediados de la década de 1980, todavía en época de la Guerra Fría con la Unión Soviética.
La Armada apuntó que el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, fue notificado de la llegada de los navíos el pasado 1 de mayo para "evitar malas interpretaciones, reducir el riesgo y prevenir una inesperada escalada".
La operación en el mar de Barents se inicia después de semanas de tensión entre los militares de EE.UU. y Rusia.
A mediados de abril, la Sexta Flota estadounidense afirmó que un caza ruso SU-35 interceptó a uno de sus aviones de vigilancia en el espacio aéreo internacional sobre el Mediterráneo, algo que calificó de "inseguro" pues supuestamente la nave rusa realizó una peligrosa maniobra a alta velocidad.
Pero este no fue un incidente aislado, en varías ocasiones entre marzo y abril, el Ejercito del Aire de EE.UU. interceptó a aeronaves rusas entrando en el espacio aéreo del estado de Alaska.