Esta decisión, que fue recibida con satisfacción por dirigentes políticos y empresariales, significa que quedarán protegidos alrededor de 5.000 puestos de trabajo de la industria automovilística en Gran Bretaña.
Buena parte de la inversión servirá para construir nuevas instalaciones y sistemas de producción en la planta de montaje del Mini que la empresa tiene en la ciudad inglesa de Oxford, en la de Swindon y en su fábrica de motores en Hams Hall, cerca de Birmingham (centro de Inglaterra).
Está previsto que el nuevo Mini Coupe salga al mercado este año y el Mini Roadster en el 2012, ambos fabricados en Oxford, donde se han montado ya más de dos millones de Minis desde el 2001, tres cuartos de ellos para la exportación.
"Hemos empezado a preparar nuestras plantas para la producción de la nueva generación de Minis, y esta inversión subraya que el Reino Unido seguirá siendo el centro de la producción" de ese vehículo, declaró el director del grupo BMW, Norbert Reithofer.
El anuncio de la empresa alemana se produjo antes de que el primer ministro británico, David Cameron, recibiera en su despacho del número 10 de Downing Street al consejo de directores de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles.
Cameron señaló al respecto de la decisión de BMW de aumentar la inversión en su factoría británica que era "un tremendo voto de confianza en la fuerza laboral".
El miércoles hubo otra buena noticia para el sector del motor en el Reino Unido, ya que la japonesa Nissan anunció que invertirá 192 millones de libras (215 millones de euros) más para construir en el país la nueva versión del modelo Qashqai, lo que supondrá la salvaguarda de unos 6.000 puestos de trabajo.