La propuesta, presentada por el comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, en una reunión extraordinaria celebrada en Luxemburgo, consiste en resarcir un 30 por ciento del valor de mercado la producción no vendida por culpa del brote de la letal bacteria.
Las ayudas serían destinadas a los productores de tomate, pepino, lechuga, calabacines y pimientos, las hortalizas más afectadas bajo la sospecha de ser portadoras del nuevo brote.
“Es una buena base de partida, pero sólo es una base de partida”, afirmó el titular francés, Bruno Le Maire, al final de la cita.
Los dos países, los más afectados tras la alarma emitida por Alemania contra el consumo de vegetales frescos al no lograr detectar el origen del brote infeccioso, quieren que sus agricultores sean compensados en entre un 90 y un 100 por ciento de sus pérdidas.
Asimismo, defienden que el monto sea aportado por la UE o el gobierno alemán, acusado de ser el responsable por las consecuencias reflejadas en el sector agrícola.
Además, Francia y España piden que se ponga en marcha una campaña para recuperar la confianza de los consumidores en los productos agrícolas europeos tanto a nivel comunitario como internacional, dado que muchos países terceros han suspendido sus importaciones.
La ministra española, Rosa Aguilar, señaló que las pérdidas en su país están estimadas en cerca de 200 millones de euros (casi 300 millones de dólares).
También Holanda, Portugal y Polonia han reclamado compensaciones.