"Los últimos incidentes en los que los agentes de policía son escupidos en la cara son absolutamente inaceptables, demuestran una incomprensible falta de respeto, mientras que estos hombres y mujeres realizan tareas importantes para todos nosotros", declaró al diario Le Soir el ministro del Interior, Pieter De Crem.
El Ministerio belga del Interior quiere "que ese tipo de actitud sea reprimida de la manera más severa posible" y en ese sentido recuerda que una reciente circular del colegio de fiscales permite solicitar entre tres meses y dos años de prisión para quien estornude voluntariamente en dirección de otra persona.
Además, la persona que tosa intencionadamente sobre alimentos puede recibir una pena de hasta cinco años de cárcel, añade Le Soir.
En los últimos días se han registrado varias situaciones de ese tipo en Bélgica, la primera conocida el pasado lunes, cuando un hombre y sus hijas escupieron a varios clientes de un supermercado de la localidad valona de Bierges tras asegurar que estaban infectados de coronavirus.
La fiscalía belga ha imputado por "intento de envenenamiento" al autor de los hechos.
Pero Bélgica, donde oficialmente hay 11,899 infectados y 513 fallecidos por coronavirus sobre una población de 11.4 millones de personas, no es el único país donde se han registrado este tipo de incidentes y donde se aplican medidas de respuesta específicas.
En Francia escupir a alguien declarándose infectado se castiga con una multa de 135 euros y en el Reino Unido un hombre ha sido sentenciado a un año de prisión por hacerlo sobre un policía.