Esta es la primera paralización de las actividades de la planta de Sao José dos Campos, donde se encuentra además la sede central de la compañía, en los últimos cinco años, según señaló el sindicato de los metalúrgicos en un comunicado.
La huelga es "por tiempo indeterminado" y fue aprobada en diversas asambleas de trabajadores de Embraer, que denuncian que llevan cuatro años con sus salarios prácticamente congelados y "sin un aumento real".
También demandan que se preserven "todos los derechos previstos" en el convenio colectivo.
"Esta huelga muestra no solo la insatisfacción de los trabajadores con sus salarios, sino también que están dispuestos a luchar por sus derechos", indicó el director del sindicato de los metalúrgicos, Herbert Claros, citado en la nota.
Los empleados de Embraer piden una subida salarial del 6.37 % y la renovación del convenio colectivo en su integridad.
En este sentido, rechazan la propuesta de la patronal que incluye aplicar una subida equivalente a la inflación del periodo (3.28 %, según el sindicato).
También denuncian que la patronal pretende autorizar la tercerización "sin restricciones" de todas las actividades en la fábrica y eliminar una cláusula del convenio que "garantiza estabilidad" para los trabajadores de baja por lesión.
"La cláusula del convenio colectivo que garantiza estabilidad para lesionados fue conquistada por el sector metalúrgico en la década de 1970", defendió el sindicato.
Claros afirmó que, a pesar "de ser una de las empresas más importantes" de Brasil, Embraer "falta el respeto a sus trabajadores al intentar impulsar propuestas a la baja" como las presentadas hasta la fecha.
Embraer es el tercer mayor fabricante de aviones del mundo y actúa en los segmentos de aviación comercial, ejecutiva, defensa y seguridad y agrícola.
No obstante, la división de aviación comercial pasará a ser controlada por el gigante estadounidense Boeing, con el que llegó a un acuerdo de asociación estratégica para fusionar sus negocios en ese ramo.
Dicha alianza ya fue aprobada por los accionistas de Embraer en febrero pasado y tiene el visto bueno del Gobierno brasileño, que posee una "acción de oro" con derecho de veto, si bien la operación tiene que ser aún aprobada por los organismos reguladores pertinentes.
Con la fusión se creará una tercera empresa en el segmento de la aviación comercial, que tendrá un valor de mercado de unos 5,260 millones de dólares y de la que Boeing tendrá un 80 % y Embraer el restante 20 %.
Según analistas, el acuerdo entre ambas empresas busca contrarrestar la asociación entre la canadiense Bombardier y el gigante aeronáutico europeo Airbus.