Reconoció que una reforma fiscal más vendible y convincente sería una que propusiera reducir el IVA, pero no sería de largo plazo porque evitaría nuevamente la ampliación de la base de contribuyentes.
Antes, durante un encuentro organizado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), el legislador detalló que establecer el sistema de devolución de tres puntos del Impuesto al Valor Agregado (IVA), como lo propone su partido, requeriría una inversión de aproximadamente tres mil millones de pesos.
Esto, agregó, porque se necesitarían alrededor de un millón y medio de máquinas, parecidas a las terminales punto de venta bancarias, para ser colocadas en los establecimientos que aún no las tienen, con un precio de 200 dólares cada una.
En el encuentro, Labastida Ochoa y el creador de la propuesta de reforma fiscal del PRI, Herbert Bettinger, mencionaron que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) les expresó la posibilidad de realizar este cambio tecnológico, aunque el organismo señaló que su implementación llevaría entre ocho meses y un año.
Herbert Bettinger explicó que estas nuevas máquinas operarían principalmente para poder hacer la devolución de tres puntos del IVA a quienes no contaran con Registro Federal de Contribuyentes y por lo tanto no realizaran operaciones mediante facturas electrónicas.
Explicó en entrevista posterior que la devolución a quienes no contaran con facturación electrónica se realizaría a través de una cuenta bancaria, por lo que operar el sistema para toda la población es necesario ampliar a su máxima cobertura de la factura electrónica y la bancarización de la población.
No obstante, ambos coincidieron en que el SAT tendría que iniciar un estudio técnico para afinar los detalles sobre la forma en que se realizarían las devoluciones.