Semarnat abarata el manglar en perjuicio del país

La Semarnat ha hecho caso omiso de la información científica y solamente cobra un monto de 3,404 dólares/hectárea por compensación cuando algún proyecto destruye manglar debido a que únicamente contempla el costo de la planta.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) señalo que aún cuando la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio) ha establecido un valor de 37,500 dólares por hectárea de manglar, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) cobró solamente 3,415 dólares por hectárea por compensación de la destrucción de mangle (1), denunciaron las organizaciones ambientales Greenpeace, Defenders of Widlife y Teyeliz, A.C.

El manglar es uno de los ecosistemas más valiosos para el hombre debido a los múltiples servicios ambientales que brinda. Diversos autores e instituciones han establecido el valor económico de los manglares, especialmente por el servicio que presta a las pesquerías y han encontrado que su valor va de 9,990 a 37,500 dólares por hectárea por año (ver tabla).

Sin embargo, la Semarnat ha hecho caso omiso de la información científica y solamente cobra un monto de 3,404 dólares/hectárea (3) por compensación cuando algún proyecto destruye manglar debido a que únicamente contempla el costo de la planta, los gastos para replantarla o por restauración. La ASF determinó que en el 2009 la Semarnat únicamente cobró el 9 por ciento del valor real del manglar que fue destruido y que solamente serviría para solventar 33 días de la actividad pesquera anual que se perdería con la destrucción del manglar(1).

De acuerdo con la ASF solamente en el 2009 la Semarnat otorgó 62 autorizaciones a proyectos que impactarían el ecosistema de manglar y determinó que “La ausencia de una estrategia específica para la conservación de los ecosistemas de manglar y su biodiversidad, ha tenido como consecuencia una pérdida de 111,949.0 hectáreas entre 2005 y 2009. Lo cual equivale a 4,198 millones de dólares en servicios ambientales perdidos anualmente”.

Por otro lado, la ASF determinó en el caso del proyecto del Parque Bicentenario que la Semarnat pagó la cantidad de 5,000 pesos por cada arbolito que compró. Es decir, los arbolitos de un parque urbano valen 12 veces más para la Semarnat que un ecosistema de manglar bien conservado que brinda decenas de servicios ambientales al país (1).

“Con el precio que la Semarnat cobra por hectárea de manglar destruido, sólo alcanzaría para plantar 7.7 arbolitos de los que la Secretaría adquirió para el Parque Bicentenario, es decir que sólo se podría plantar un árbol cada 1,300 metros cuadrados.

Además nunca consideran el valor de la productividad por año que brinda el manglar, la cual no se recupera una vez que se destruye”, dijo María Elena Sánchez, presidenta de Teyeliz, A.C.

“Entre los servicios ambientales del manglar está el proteger a la costa de huracanes y tsunamis, reduciendo la fuerza del oleaje en un 90 por ciento. En Indonesia los edificios y casas detrás del manglar sobrevivieron al tsunami de 2004, mientras que los que se construyeron encima del manglar fueron destruidos por las olas. El valor del manglar es incalculable pero la Semarnat permite que se destruya a cambio de unos cuantos pesos en perjuicio de los habitantes costeros”, dijo Juan Carlos Cantú, director de programas de Defenders of Wildlife de México.

“La Semarnat ha subestimado el valor del ecosistema de manglar. Los 37,500 dólares por hectárea de manglar sólo hacen referencia a los beneficios a proporcionados a las pesquerías; el manglar vale mucho más que eso ya que hay muchos otros servicios ambientales que no están estimados. En contraste la Semarnat remata estos ecosistemas y el sector turístico plantea que la compensación biológica de estos ecosistemas es un proceso fácil de realizar. Compensar el manglar no es pagar y trasplantar. La situación de los recursos naturales no está para que se siga promoviendo la compensación, si no la conservación y restauración de los mismos”, dijo Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos y costas de Greenpeace.

No proteger el manglar significa repetir el desastre que hoy es la Riviera Maya, donde las playas están siendo erosionadas debido a la construcción de hoteles y desarrollos turísticos encima de dunas costeras y manglares. Cuando el manglar se pierde, perdemos todos: los habitantes de las costas, el sector turístico, los ecosistemas marinos y la sociedad en general.

Las organizaciones ambientales exigen que la Semarnat detenga la destrucción de manglar y deje de malbaratarlo ya que de él dependen millones de personas y sus bienes en todas las costas del país.