Por ello, destacó la aprobación de un dictamen que incluye una de sus propuestas y de diversos senadores, mediante el cual se exhorta respetuosamente a la Secretaría de Salud Federal para que en coordinación con sus homólogas en las 32 entidades federativas, fortalezcan las acciones de salud materna y perinatal encaminadas a mejorar la calidad de los servicios para la atención de las emergencias obstétricas.
Así como a los demás integrantes del Sistema Nacional de Salud para que implementen acciones necesarias para prevenir y erradicar la violencia obstétrica y garantizar una atención eficiente, humana y de calidad a las mujeres durante el embarazo, parto y puerperio (recuperación del aparato reproductor después del parto).
Asimismo, en el dictamen el Senado de la República reconoce a la Secretaría de Salud, a las dependencias que integran el Sistema de Salud del Estado de México, a la Universidad Autónoma de la entidad y a la administración pública federal que prestan servicios de salud en el estado, por las aportaciones en materia de medicina crítica en obstetricia y la protección innovadora de la salud materna. Además exhorta para que continúen realizando acciones y estrategias en la materia.
Y es que las causas de mortalidad materna en muchos casos son complicaciones que aparecen durante la gestación y la mayoría son prevenibles o tratables; otras pueden estar presentes desde antes del embarazo, pero se agravan con la gestación, especialmente si no se tratan como parte de la asistencia sanitaria a la mujer. Las principales complicaciones, causantes del 75 por ciento de las muertes maternas tiene que ver con hemorragias graves, infecciones, hipertensión gestacional, complicaciones en el parto y abortos peligrosos.
Situaciones que se agravan de acuerdo a las cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, del total de adolescentes sexualmente activos el 14.7 por ciento de los hombres y el 33.4 por ciento de las mujeres no utilizaron ningún método anticonceptivo en sus primera relación sexual, lo que representa el riesgo de un embarazo no deseado y el incremento de enfermedades de transmisión sexual.
Otro dato alarmante que se describe en el dictamen es que la edad promedio de las mujeres para usar el primer método anticonceptivo es de 28.8 años, lo que lleva a una diferencia de casi 10 años con respecto a la edad promedio de su primer relación sexual, que es de 19.6 años.
Además, en México la tasa de fecundidad en mujeres de 15 a 19 años de edad aumentó entre los años 2005 a 2008, cuando en años anteriores había descendido.
Por lo que resaltó la importancia de seguir con las acciones y trabajos legislativos que aporten acciones para garantizar una vida sana a fin de evitar muertes en este sector de la sociedad, tal como se establece en la agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.