Según informó el Pontificio Consejo “Cor Unum”, la sección del Vaticano dedicado a la caridad mundial por cuenta del pontífice, los recursos serán distribuidos a través de la nunciatura apostólica (embajada de la Santa Sede) y la Iglesia haitiana.
El dinero se enfocará a las diócesis más afectadas por el huracán que golpeó “con extraordinaria vehemencia” la región del Caribe la semana pasada y que dejó –de acuerdo a datos hasta ahora en poder del Vaticano- unos mil muertos.
“Será empleado para el sostén de las obras de asistencia a favor de los inundados y quiere ser la primera e inmediata expresión concreta de los sentimientos de cercanía espiritual y paterno ánimo del sumo pontífice hacia las personas y territorios golpeados”, indicó.
Esa contribución es parte de la red de ayudas que se activó inmediatamente en toda la Iglesia católica y que involucró diversas conferencias episcopales y numerosos organismos de caridad.
Caritas Haití, en comunicación con Caritas Internacional, lanzó una primera solicitud de emergencia para colectar los recursos que le permitan ayudar a dos mil 700 familias (13 mil 500 personas).
Eso con el objetivo de comprar y distribuir dos mil 700 kit alimentarios, así como para la activación de programas enfocados a sensibilizar la población sobre la prevención de las enfermedades infecciosas.