Otro riesgo es la persistente atonía de las exportaciones mexicanas; el crecimiento económico mundial menor al previsto, en particular de Estados Unidos, y menores precios del petróleo y/o reducción adicional de la plataforma de producción de crudo.
Apuntó que propiciar un mayor crecimiento, de acuerdo con el Banco de México (Banxico), requiere “implementar en un plazo menor de lo anticipado” las reformas estructurales; reactivar el consumo sostenible, de manera más pronunciada y duradera e impulsado por una mejoría en el mercado laboral; mantener el dinamismo de las remesas, y fomentar un mayor nivel de confianza de los consumidores.
En el documento “Evolución y expectativas sobre el Producto Interno Bruto”, el CEFP mencionó que en el segundo trimestre de 2016, la actividad económica nacional tuvo un crecimiento real anual de 2.52 por ciento, cifra superior a la observada en el mismo trimestre de 2015, que fue de 2.26 por ciento.
La dinámica económica se explicó por la mayor fortaleza de las actividades que componen al PIB: las primarias, secundarias y terciarias mejoraron su desempeño, siendo estas últimas las que más contribuyeron al crecimiento del PIB.
Bajo cifras ajustadas por estacionalidad, el PIB se deterioró al caer 0.17 por ciento en el segundo trimestre de 2016 (0.49 por ciento un trimestre atrás), su primera caída después de once alzas consecutivas, aunque no fue tan profunda como lo anticipado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de -0.3 por ciento.
Durante el segundo trimestre de 2016, la economía mexicana transitó bajo un complejo entorno externo; la economía mundial continuó creciendo menos y con diferencias importantes en el desempeño de los países. En este periodo, el PIB de Estados Unidos se dinamizó pero no tanto como el esperado y su actividad industrial cayó. Bajo este contexto, el nivel de las exportaciones nacionales tuvieron resultados negativos.
El CEFP resaltó que en lo doméstico, la demanda interna continuó avanzando; empero, mientras que el consumo privado siguió en aumento como lo muestra el Indicador Mensual del Consumo Privado, la inversión perdió fortaleza.
El promedio de las expectativas sobre el crecimiento de México para 2016, tanto del sector privado como de organismos nacionales e internacionales, fue de 2.29 por ciento, lo que implica que la actividad productiva nacional continuará avanzando pero a un menor dinamismo dado que sería inferior al aumento registrado en 2015 (2.42 por ciento).
Para 2017 se prevé continúe su fortalecimiento ya que se pronosticó una mayor dinámica (2.64 por ciento) que la prevista para este año.
El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas resaltó que para que la economía mexicana tenga un crecimiento de 2.6 por ciento en todo 2016, deberá aumentar 2.71 por ciento durante el segundo semestre de este año. En tanto que para que logre un incremento de 2.33 por ciento en todo el año, se debe observar un alza de 2.18 por ciento en la segunda parte del mismo.
Para que alcance una ampliación de 2.28 por ciento, hay que elevarse 2.08 por ciento. Alcanzar una ampliación de 2.0 por ciento implica un incremento de 1.53 por ciento, en tanto que una ampliación de 1.8 por ciento significa un acrecentamiento de 1.14 por ciento, concluyó.