Estado Islámico pierde fortaleza a dos años de proclamar Califato

El Califato creado por el Estado Islámico (EI) en zonas de Irak y Siria con afanes hegemónicos sobre todos los musulmanes, cumplió dos años de existencia sin cumplir sus fines pero sin ser neutralizado por Occidente.

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Abu Bakr al Baghdadi proclamó el 29 de junio de 2014 la figura política islámica, y dos años después menos un día, el aeropuerto internacional de Estambul fue objeto de un duro atentado atribuido al EI pero que este no ha reivindicado.

El califato del EI ha perdido grandes zonas del territorio que dominaba hace dos años en Irak y Siria, entre ellos algunos sitios simbólicos.

La víspera, el 29 de junio se cumplieron dos años desde que la organización yihadista declaró la fundación de un califato en los territorios de Irak y Siria bajo su poder.

La proclamación se produjo después de la toma de Mosul, segunda ciudad iraquí, la cual se convirtió en la capital espiritual del grupo radical. Las ciudades de Ramadi y Faluya también habían caído.

Raqqa, en Siria, cayó días después en manos del grupo radical y se convirtió en la capital administrativa.

El Estado Islámico se expandió con la conquista de Tikrit (cuna de Sadam Husein) y Baiyi, una ciudad con una importante refinería, en Irak, y Kobane y Palmira en Siria.

El grupo aseguró que su dominio se extendería desde Alepo, en el norte de Siria, hasta la provincia de Diyala, en el este de Irak, donde regiría la estricta interpretación que el EI tiene de la ley islámica.

El EI proclamó a su jefe Abu Bakr al Baghdadi como califa y demandó a todos los musulmanes "jurar lealtad" al nuevo gobernante del flamante califato y "rechazar la democracia y otra basura de Occidente".

En el invierno de 2014, el Estado Islámico ya dominaba la importante ciudad de Deir Ez Zor. Su lema era permanecer y extenderse, borrar las fronteras coloniales entre Siria e Irak marcadas por los acuerdos de Sikes Pickot.

Por todo el mundo, organizaciones salafistas de gran penetración local juraban lealtad al Califato y su bandera se extendía por Libia, Yemen o Afganistán.

Sin embargo, a partir de enero de 2015 el Estado Islámico ha ido perdiendo fortaleza, junto con casi la mitad del territorio que dominaba en Irak y un 20 por ciento en Siria.

Muchas de las conquistas más simbólicas del Estado Islámico le han sido arrebatadas, como Palmira en Siria o, más recientemente, Faluya en Irak.

A dos años de proclamado el califato, varias operaciones en marcha tratan de descabezar sus dos grandes capitales: Mosul, la espiritual y Raqqa, la sede administrativa.

En Libia, el ejército progubernamental gana terreno en su ofensiva contra el grupo radical para expulsarlo de su bastión en Sirte.

La organización yihadista no sólo ha perdido enclaves significativos como la ciudad siria de Palmira, sino vías de comunicación entre sus territorios.