Los conflictos próximos abundan y Brasil no ejerció ningún liderazgo en esos casos. Lula se abstuvo de mediar o resolver los conflictos que están más cerca de Brasil", declaró Castañeda en la entrevista con el diario Folha de Sao Paulo.
Entre esos conflictos políticos, económicos o territoriales, el ex canciller recordó los que han tenido Uruguay y Argentina, Colombia y Venezuela, Perú y Chile, Colombia y Nicaragua, y Chile y Bolivia.
"Lula tampoco se presentó para ayudar en los problemas internos de otros países de América Latina. Salvo, parcialmente, en el caso de Bolivia y eso porque fue para defender los intereses de Petrobras", apuntó Castañeda, quien criticó a Lula por mostrar más interés en conflictos geográficamente más lejanos, como los de Oriente Medio.
El ex canciller cuestionó las "fracasadas aspiraciones de potencia mundial" de Brasil y el "poco interés de actuar como legítima potencia regional".
En ese sentido mencionó lo que a su juicio son algunos desaciertos de la política externa brasileña durante los dos mandatos de Lula, como la aspiración a conseguir un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y dar prioridad a la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
"Trató de ser un actor central para que se lograra un acuerdo en Copenhague (en materia de Cambio Climático) y no sólo no lo alcanzó, sino que Brasil fue uno de los países que lo impidió", añadió.
De igual manera, Castañeda citó que Lula "trató de presentarse como protagonista de un acuerdo nuclear con Irán, pero su mediación fue rechazada por el mundo entero, excepto por Turquía y el propio Irán".
De otro lado, Castañeda criticó la participación del ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en la reciente liberación de presos políticos cubanos.
"Moratinos apareció sin ser invitado y trató de obtener beneficios por algo que no hizo. La liberación fue un triunfo de (el activista cubano) Guillermo Fariñas y un triunfo póstumo de Orlando Zapata", quien murió después de una huelga de hambre, subrayó el mexicano.
Para Castañeda, la decisión de Cuba fue una "jugada política" en su estrategia de relaciones con otros países.
"Es lamentable que el gobierno socialista de España se haya prestado a esa maniobra", opinó.