Se trata de una declaratoria de carácter local, que no implica la inscripción de su materia en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Sin embargo, el Dictamen tomó como base los preceptos asentados en la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial del año 2003.
En esta Convención, la UNESCO asienta que el Patrimonio Cultural no se limita a monumentos, sino que "comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas y transmitidas a las nuevas generaciones, como tradiciones orales, artes del espectáculo, actos festivos y saberes y técnicas vinculadas a la artesanía tradicional".
El dictamen emitido por el Congreso de Oaxaca además considera la necesidad de preservar las tradiciones y costumbres de los 16 pueblos indígenas oaxaqueños "a través de programas culturales y políticas públicas, para apoyar la conservación de textiles y diseño".
Aunque la UNESCO habla de "salvaguardar" antes que de "proteger", la intención del Congreso de Oaxaca es justamente proteger el Patrimonio Cultural Inmaterial de sus pueblos indígenas que ha sufrido algunos intentos de ser explotado.