El empleado, un chico de 19 años, cometió el suicidio en el complejo de Guanglan, uno de los dos que Foxconn tiene en Shenzhen, ciudad que concentra buena parte de la industria tecnológica de China.
Foxconn es una rama del conglomerado industrial taiwanés Hon Hai y también produce componentes electrónicos para muchas otras multinacionales tecnológicas, tales como Hewlett Packard, Dell, Sony, Nintendo, Motorola, Nokia, Amazon, Cisco y Microsoft.
En China tiene más de 700 mil empleados, de los que unos 400 mil trabajan en Shenzhen, en donde se han producido los nueve suicidios, además de otros dos intentos fallidos en los que los trabajadores quedaron gravemente heridos.
Los sucesos han abierto el debate en China sobre las condiciones de trabajo en Foxconn, que prohíbe a los empleados hablar por teléfono durante la jornada de trabajo, o dejar la línea de producción a menos que su supervisor les sustituya, según cuenta hoy la agencia Xinhua.
Los trabajadores de la compañía suelen terminar exhaustos y apenas tienen energías para hacer otras actividades en su tiempo libre o socializar con los compañeros con los que comparten dormitorio, señalaron informaciones anteriores de la prensa oficial.
Por otra parte, la semana pasada la televisión local de Pekín mostró presuntas imágenes de guardias de Foxconn en la sucursal de la capital china golpeando a trabajadores, lo que aumenta la controversia en torno a la empresa taiwanesa.
El debate en algunos medios se ha extendido también a las condiciones de trabajo de China en general, al señalar que su dureza ya no es aceptada por las jóvenes generaciones que ahora se incorporan al trabajo en el país, y que han tenido una infancia más acomodada que sus padres o hermanos mayores.
Todos los suicidas de Foxconn tenían menos de 23 años y habían empezado a trabajar en la empresa recientemente.
Sin embargo, otras voces recuerdan que la tasa de suicidios en la firma todavía es muy baja comparada con la media nacional (en las sucursales de Shenzhen, dado su gran tamaño, la tasa es del 4 o 5 por 100 mil, mientras que en toda China es del 14 por 100 mil).
Además, muchos de los suicidas tenían problemas personales ajenos a la empresa, desde desengaños amorosos a deudas con el juego o problemas mentales.
Foxconn está llevando a cabo diversas medidas para hacer frente a esta ola de suicidios, desde contratar miles de psiquiatras hasta realizar ceremonias religiosas en las oficinas para eliminar los malos espíritus o crear un teléfono interno "de la esperanza", que ya ha recibido una treintena de llamadas de potenciales suicidas.