La prueba de antígeno prostático, es un indicador de alteraciones de la próstata, que no precisamente confirma la presencia de cáncer, se aplica después de realizar un cuestionario de factores de riesgo e historial clínico y consiste en la extracción de unas gotas de sangre del dedo de la mano, la cual se coloca en un reactivo y en unos segundos arroja el resultado.
Con esta prueba se puede detectar alguna anomalía, sea o no cáncer y así el paciente recibe el tratamiento oportuno, mejorando su calidad de vida.
El cáncer de próstata es una enfermedad silenciosa que inicialmente no manifiesta síntomas, sin embargo, mientras evoluciona el padecimiento, la persona comienza a presentar malestares como disminución o interrupción del chorro urinario, necesidad de orinar con más frecuencia, especialmente de noche; presencia de sangre en la orina o en el semen, dolor al eyacular o dificultad para lograr una erección (disfunción eréctil).
Factores de riesgo como tener antecedentes de familiares directos que hayan padecido cáncer de próstata, tabaquismo, la obesidad, la falta de actividad física y una mala alimentación, contribuyen al desarrollo de este padecimiento, por ello es importante orientar a la población sobre la importancia de adoptar estilos de vida saludables.
Hasta el 95 por ciento de los tipos de cáncer, entre ellos el de próstata, son curables si se detectan a tiempo, por ello la Sedesa realiza la aplicación de la prueba rápida de antígeno prostático en los 220 Centros de Salud ubicados en las 16 delegaciones de la Ciudad de México, así como en las 12 Unidades de Salud de Detección Oportuna instaladas en estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC).
A través de Medicina a Distancia al 5132 0909 la ciudadanía puede recibir orientación médica acerca de cómo prevenir este padecimiento.