Como lo anunció el mismo pontífice, la misiva fue firmada este día, festividad del onomástico de Joseph Ratzinger (San José) y su contenido será dado a conocer por El Vaticano a la prensa internacional el sábado.
Aunque el documento estará dirigido al caso irlandés existe gran expectación porque su contenido será recibido como un mensaje a la Iglesia Católica sobre la crisis por abusos sexuales a menores que registra casos públicos en Alemania, Austria, Estados Unidos, Suiza e Italia.
El miércoles pasado el obispo de Roma expresó su esperanza de ayudar al proceso de "arrepentimiento, sanación y renovación" de la Iglesia en Irlanda tras la crisis por la revelación de cientos de casos de abuso sexual en instituciones católicas.
"Como sabéis, en los meses pasados la Iglesia en Irlanda ha sido fuertemente movilizada a causa de la crisis de los abusos a menores. Como signo de mi profunda preocupación he escrito una carta pastoral que afronta esta dolorosa situación", dijo en inglés.
"Firmaré esta carta -agregó- en la solemnidad de San José, y la enviaré inmediatamente después. Pido a todos leerla para ustedes mismos, con corazón abierto y espíritu de fe. Mi esperanza es que ayudará a un proceso de arrepentimiento, sanación y renovación".
La Iglesia irlandesa vive uno de sus periodos más difíciles tras la publicación en junio de 2009 del Informe Ryan, un estudio de una comisión independiente que documentó miles de abusos sexuales contra menores por parte de sacerdotes y religiosos en un lapso de 70 años.
Por otro lado el 26 de noviembre último se difundió otro texto similar llamado Informe Murphy, en el cual se documentaron los abusos contra unos 400 niños de la diócesis de Dublín por parte de 46 sacerdotes en un periodo de 30 años.
A raíz de estos informes el Papa citó en Roma para una reunión extraordinaria, el 11 de diciembre pasado, al cardenal Sean Brady, presidente de la Conferencia Episcopal Irlandesa, y Diarmuid Martin, arzobispo de Dublín.
Al finalizar dicho encuentro se emitió una nota oficial que dejó en claro la "rabia y verguenza" de Benedicto XVI al conocer los casos de pederastia clerical e informó del interés del Papa por tomar medidas claras que serían contenidas en la carta.
Tras los casos en Irlanda, a inicios de este 2010 salieron a la luz numerosas denuncias en los medios de comunicación en Alemania, llegando incluso a "salpicar" a Benedicto XVI por los abusos de un sacerdote de su diócesis Munich cuando Ratzinger era arzobispo.
En las últimas semanas acusaciones similares han alcanzado a sacerdotes o religiosos en Austria, Holanda, Suiza, Bélgica, Brasil, Chile y México.
Al respecto Charles Scicluna, el "promotor de justicia" de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el fiscal del Vaticano responsable de investigar, enjuiciar y condenar a los curas pederastas, informó las estadísticas más actualizadas sobre el tema.
Reveló que la oficina a su cargo, desde 2001 a la fecha, ha tratado un total de tres mil casos de "graviora delicta", los delitos más graves: es decir los actos sexuales cometidos por los clérigos en contra de menores de 18 años.