Revelan que Juan Pablo II se flagelaba y había firmado su renuncia

Juan Pablo II se flagelaba y había firmado su carta de dimisión en caso de que la enfermedad le impidiera cumplir sus funciones, reveló el postulador de su causa de beatificación Slawomir Oder en el libro "Perché é santo" (Porque es santo).

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Juan Pablo II.

En el texto, que saldrá a la venta el miércoles en Italia, pero cuyo contenido fue anticipado este martes, Oder confirmó algunos testimonios sobre las autoflagelaciones a las que se sometía el Papa polaco, fallecido en 2005.

Entrevistado por el periodista Saverio Gaeta (de la revista Familia Cristiana), el postulador dijo que cuando no era alguna enfermedad la que le hacía vivir la experiencia del dolor, era el propio Juan Pablo II quien se mortificaba el cuerpo.

Precisó que usaba un cinturón, pero que también se imponía rigurosos ayunos, sobre todo durante la Semana Santa o antes de nombramientos sacerdotales o episcopales. "En su armario, en medio de las hábitos, tenía un cinturón especial para los pantalones, que usaba como latigo y que también se llevaba a (la residencia de verano) Castel Gandolfo", indicó.

Asimismo, aseguró Oder, solía dormir en el piso, aunque él mismo deshacía la cama para disimular el hecho. Según el postulador, en los últimos años de su pontificado ya muy cansado y enfermo, Juan Pablo II firmó la carta de su dimisión en caso de que, por razones de salud, no pudiera cumplir con sus funciones.

Reveló que ya desde 1989 el Pontífice había firmado esa disposición y que en 1994 confirmó su voluntad.

Aseguró que consultó a varios expertos, entre ellos a su sucesor, el actual Benedicto XVI (entonces prefecto para la congregación de la Doctrina de la Fe), sobre la posibilidad de renunciar a los 75 años de edad, en cumplimiento del derecho canónico que prevé que los obispos deje n el puesto al llegar a esa edad.

"La decisión de no abandonar la cátedra de Pedro tuvo sus raíces en la espiritualidad de entrega a Dios, en la fe en la Divina Providencia y en la confianza en la ayuda de la Virgen", afirmó Oder. Dijo que tras las consultas arribó a la conclusión de que no había lugar en la Iglesia para un "Papa emérito", como lo declaró al médico Gianfranco Fineschi, que en 1994 lo operó por una fractura en el fémur. Según Gaeta, la renuncia de Juan Pablo II no se hizo efectiva debido a "un conmovedor gesto de responsabilidad".