En la noche del martes había habido 47 detenidos en el marco de las protestas por la muerte del joven negro Michael Brown, de 18 años y que iba desarmado, por disparos de un policía blanco el 9 de agosto.
"Hoy tuvimos una buena noche en Ferguson", resumió Johnson ante la prensa y agradeció tanto a las fuerzas de seguridad como a los líderes religiosos y civiles que ayudaron a mantener en calma la situación.
Entre 50 y 100 personas se manifestaron en la tarde del miércoles en la West Florissant Avenue, que se ha convertido en el principal lugar de las protestas desde la muerte de Brown. Tras una breve tormenta muchos se retiraron. "Hoy las radios estuvieron tranquilas", comentó Johnson. Un agente fue atacado con una botella pero no resultó herido. No hubo cócteles molotov ni disparos. La policía no hizo uso por su parte de gas lacrimógeno ni granadas aturdidoras, aunque sí permaneció fuertemente armada y con vehículos blindados.
El miércoles, Johnson se reunió con el fiscal general, Eric Holder, que se trasladó a Missouri para informarse personalmente de la situación. Holder habló con los investigadores del FBI y con la familia de Brown y otros miembros de la comunidad. El funcionario subrayó que ha encargado investigar el caso en un procedimiento independiente a "los agentes y fiscales más experimentados" de su Departamento de Justicia.
Un policía que apuntó con un rifle el martes contra un manifestante y lo amenazó de muerte fue suspendido del servicio. Varias cámaras filmaron el hecho. Johnson señaló hoy que el comportamiento del agente "mostró escaso respeto por el uniforme".
Un gran jurado debe decidir aún si presenta cargos contra el policía que disparó contra Brown, Darren Wilson. El proceso podría demorarse durante semanas y los residentes de Ferguson temen que haya nuevos disturbios si no se presenta acusación. (DPA)