A partir de las nuevas normativas, las empresas podrán retener hasta el 50 por ciento de las utilidades después de impuestos, lo que significa un 20 por ciento más de lo que está establecido hasta ahora.
Las empresas podrán comercializar el excedente de sus compromisos con el Estado a precios de oferta y demanda con terceros o en el mercado, y trabajarán en base a un plan aprobado por un consejo empresarial sin necesidad de cumplir mandato del ministerio del ramo.
Otra de las novedades es que las empresas podrán establecer sus propios sistemas de pago sin tener que consultar al ministerio correspondiente del sector, como sucede actualmente, y no tendrán que devolver al gobierno las reservas no utilizadas.
La decisión busca "aumentar la responsabilidad de los directivos", señaló el periódico oficial Granma.
El gobierno de Raúl Castro impulsa una serie de reformas económicas que aportan mayores espacios a la iniciativa privada, tras años de monopolio estatal.
La última medida aprobada es la Ley de Inversión Extranjera que busca atraer capitales a la isla necesitada de mejoras tecnológicas en su sistema productivo.
En 2013, la economía cubana creció un 2.7 por ciento, por debajo de la cifra prevista de 3.6 por ciento. (DPA)