Según dijo el jefe de gobierno prorruso, Serguei Aksionov, en la televisión estatal, la participación a mediodía se acercaba ya al 50 por ciento. Anteriormente había declarado que la afluencia a las urnas era amplia, el ambiente bueno y la situación tranquila.
Alrededor de 1,8 millones de electores están llamados a las urnas. La cúpula prorrusa de Crimea augura más de un 80 por ciento de apoyos a la adhesión a Moscú. Los locales electorales cerrarán sus puertas a las 18:00 horas GMT, tras lo cual se esperan los primeros resultados.
Según directores de los locales electorales, en algunas regiones también acudieron a las urnas miembros de la minoría tártara, que anteriormente había llamado a boicotear el referéndum.
Medios ucranianos sostienen que Rusia manipula la consulta, pues alegan que muchos ciudadanos rusos que no figuran en la las listas de electores volaron a Crimea para participar en el referéndum.
Ucrania y Occidente no reconocen el referéndum y lo califican de violación del derecho internacional. Pese a la amenaza de sanciones internacionales, Rusia reconocerá la anexión de la península bañada por el Mar Negro.
Según informó hoy el Ministerio ruso del Exterior, su titular, Serguei Lavrov, volvió a defender el referéndum en una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, John Kerry.
Lavrov argumentó que el derecho de autodeterminación de los ciudadanos de Crimea está en consonancia con las leyes internacionales. Ambos políticos se reunieron ya el viernes en Londres para analizar la crisis.
La república autónoma de Crimea pertenece a Ucrania desde 1954. Moscú defiende el derecho de autodeterminación de la mayoría de la población de Crimea, de origen ruso, y busca recuperar la península. La ciudad crimea de Sebastopol es desde hace más de 200 años sede de la flota rusa del Mar Negro.