Sharp, que anunció a primeros de mes que recortará 5,000 empleos en todo el mundo de aquí a marzo de 2013, en el primer recorte a gran escala de su historia que acometerá en su mayor parte mediante jubilaciones anticipadas, sopesa también la venta de oficinas para equilibrar su rendimiento.
Las medidas de reestructuración se producen después de que registrara en 2011 una pérdida neta récord de 376,000 millones de yenes (3,837 millones de euros), mientras que para el actual ejercicio 2012, que concluye el 31 de marzo de 2013, se estima alcance los 250,000 millones de euros (2,550 millones de euros).
En este sentido, la idea de Sharp es la de buscar alianzas y capital externo para relanzar su fábrica de Kameyama (centro), dedicada al sector de pantallas LCD para "smartphones" y tabletas.
Como parte de esta nueva estrategia, el grupo nipón estableció también a finales de marzo una alianza con la compañía taiwanesa Hon Hai Precision Industries, para reforzar su planta de Osaka (centro), dedicada a la fabricación de pantallas LCD para televisores.
Además, para recortar costes, Sharp también estudia dejar de ensamblar televisiones en Japón y ofrecer a otras empresas el uso de su planta de montaje en México y de sus fábricas de producción de paneles solares, detalló Nikkei.
El deterioro de la rama de pantallas de cristal líquido (LCD) y de paneles solares de la compañía de Osaka le llevó también a publicar en el primer trimestre del año fiscal en Japón, de abril a junio, una pérdida de 138,400 millones de yenes (1,408 millones de euros), casi el triple que en el mismo periodo de 2011.
A su mal rendimiento también contribuyó los 150,000 millones de yenes (1,530 millones de euros) que la empresa se ha visto obligada a pagar como compensación a la estadounidense Dell por un escándalo de fijación de precios en el mercado del LCD.