Los padres de la joven recordaron, en entrevista con EFE, que el caso tuvo que ser asumido por la Fiscalía General de la República (FGR) ante las fallas y omisiones de las autoridades de Nuevo León, norte de México, en donde se registró el caso.
“Ha sido el caso muy lento, ya es un año, hay muchas cosas que se tienen que resolver”, dijo Escobar, quien junto con esposa aseguró que no descansarán hasta que él o los responsables de la desaparición y feminicidio de su hija paguen por sus delitos.
La estudiante de derecho desapareció el 9 de abril de 2022 tras salir de su casa para asistir a una fiesta en una quinta del municipio de Escobedo, conurbado a Monterrey, capital del estado, y 12 días después su cuerpo fue localizado en una cisterna en desuso del Motel Nueva Castilla, inmueble cercano al sitio en donde fue vista por última ocasión.
Para Mario Escobar el caso de Debanhi se convirtió en emblemático y trascendió fronteras porque evidenció lo que viven en el país cientos de mujeres víctimas de desaparición y feminicidio cuyos casos tampoco han sido resueltos.
“Más allá del feminicidio fue una situación que está representando a todas las mujeres de Nuevo León, a todas las mujeres del país, a muchas mujeres de todo el mundo”, mencionó.
Además, denunció, las autoridades de Nuevo León intentaron darle “carpetazo” al caso tras afirmar que la joven murió a causa de una contusión profunda de cráneo por lo que la línea más fuerte de investigación apuntaba a que habría caído de forma accidental en la cisterna.
No obstante, Escobar solicitó la exhumación del cuerpo y una segunda autopsia, a cargo de autoridades federales, reveló que falleció de asfixia por sofocación, en su variedad de obstrucción de los orificios respiratorios.
Además, el equipo a cargo del doctor Edmundo Takashi Medina, director del Instituto de Ciencias Forenses del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México encontró que habría fallecido entre tres y cinco días antes del hallazgo del cadáver.
“Sentó un precedente a nivel internacional de que se hicieron muchas cosas mal”, comentó Escobar.
Añadió que el caso de su hija destapó “las cosas oscuras” que pasan dentro de la Fiscalía de Nuevo León y que familiares de otras víctimas tenían miedo de decir.
“No estuvimos de acuerdo en ninguna de las periciales que hicieron; cuando ellos en su verdad histórica quisieron verlo como un accidente y nosotros les demostramos que no, que teníamos la razón, que fue un feminicidio, que Debanhi no se cayó sola y que hay mucho detrás de esto”, sostuvo Escobar.
Por su parte, Dolores Bazaldúa comentó que este año tras la desaparición y feminicidio de su hija ha sido difícil sobre todo porque no superan su ausencia.
“Nuestra vida cambió totalmente y ha sido difícil porque hemos tenido también que aprender a vivir sin ella”, compartió.