El presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, criticó a todos aquellos, empresarios y funcionarios, que no ven viable un aumento al salario mínimo vigente, que la Carta Magna establece un pago digno.
“Pues a la letra dice en su artículo 123: los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”, señaló.
Moreno Rivera exhortó a Basilio González Núñez, presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) a que se sume a la propuesta del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, para incrementar la retribución laboral a la clase trabajadora.
A través de un comunicado, el diputado agregó que “resulta contradictorio que el propio titular de esta comisión se oponga a dicha propuesta, cuando al día de hoy percibe un sueldo de más de dos millones y medio de pesos anuales, mientras la mayoría de los mexicanos sobreviven con 67.29 pesos diarios”.
Julio César Moreno reiteró su respaldo a la propuesta de Mancera Espinosa, “de elevar a 80 pesos diarios el salario mínimo para 2015 y paulatinamente ajustarlo a los 171 pesos que cuesta la canasta básica” y agregó que esta iniciativa representa la oportunidad de acabar con el desacato al artículo 123 constitucional en el que se ha incurrido desde casi cien años.
El diputado perredista reveló datos que apuntan que en las últimas tres décadas el salario mínimo en México se ha hundido hasta en un 77 por ciento, lo que se traduce en que hoy en día, un obrero sólo puede adquirir el 23 por ciento de lo que podía comprar en los años 70.
Adelantó que “en cuanto se den a conocer los puntos que contiene la propuesta Mancera Espinosa, la impulsará y presentará como iniciativa, en su calidad de presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales”.
Propuso una reforma al artículo 123, “con el único objetivo de regresarle a la clase trabajadora el poder adquisitivo, ya que es lamentable que nuestro país ocupe el nivel más bajo de salarios de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo), lo que nos coloca muy por debajo de países de América Latina, posición que mantiene al trabajador mexicano en pobreza permanente.