En el artículo: “El salvador populista de México puede ser demasiado bueno para ser cierto”, la publicación con sede en Boston resalta que la esencia del atractivo de López Obrador es una creencia radical en sí mismo, lo que algunos han llevado a llamar un complejo mesiánico.
Pero también es esta promesa -de que todo estará bien una vez que esté en el poder, es aquello que los críticos denominan como su trágico error", señala en su artículo el periodista J. Weston Phippen.
“En un momento de profunda desconfianza en el gobierno, la visión de López Obrador puede ser intoxicante , pero si la historia sirve de guía, es poco probable que proporcione la realidad que él promete”, expresó.
Respecto a la gestión de López Obrador como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Edgardo Buscaglia, experto en temas anticorrupción, relató que el político tabasqueño se negó a implementar un programa de auditorías ciudadanas.
"Cuando López Obrador llegó por primera vez a la oficina en busca de nuevas ideas, su personal recurrió al analista legal y económico Edgardo Buscaglia, quien sugirió la creación de juntas de auditoría pública”, señaló.
Buscaglia, investigador en la Universidad de Columbia, contó que le dijo al equipo de López Obrador que, al darle a los ciudadanos la oportunidad de revisar los gastos del gobierno, podrían disuadir la corrupción y renovar la confianza en el gobierno local.
Posteriormente, el equipo de López Obrador dio una respuesta a Buscaglia, señalando que las juntas daban mucho control a la gente, y que el alcalde podría hacer un mejor trabajo para combatir la corrupción por su cuenta.
“Parecía contradictorio con la imagen que López Obrador había desarrollado como el defensor del pueblo, pero según Buscaglia, esto se debe a que López Obrador no es el revolucionario dedicado a las reformas democráticas que él afirma ser”, anotó.