La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña, fecha en la que se busca visibilizar las problemáticas que enfrentan las mujeres hasta los 17 años.
Para celebrarlo, este año el gobierno federal subrayó que el capital humano debe ser fundamental para combatir los problemas estructurales que enfrenta México en desigualdad, pobreza, justicia, transparencia, y las secuelas de los fenómenos naturales que impactaron al país en septiembre pasado.
En un comunicado se manifestó la necesaria y urgente participación de las niñas y las adolescentes en el momento que vive México. La capacidad, talento, creatividad y empoderamiento de este sector de la población será relevante para la reconstrucción del país, la atención a la población afectada y las políticas para el desarrollo del país.
Para alcanzar de manera plena el empoderamiento de las niñas y las adolescentes, el gobierno mexicano, a través de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), ha emprendido diversas acciones para revertir las tendencias que hoy las colocan en situación de vulnerabilidad.
Entre las estrategias figura prevenir la deserción escolar de niñas y adolescentes. A través de la educación lograrán un pleno empoderamiento e independencia personal, laboral y económica.
Por ello, el Sipinna atiende el abandono escolar provocado en muchas ocasiones por prejuicios, estereotipos y roles de género que la sociedad ha impuesto, los cuales limitan el pleno desarrollo de sus potencialidades.
También se trabaja en la erradicación del matrimonio infantil, puesto que en el país contraen matrimonio 30 veces más las niñas de 10 a 14 años que los niños de la misma edad.
Las adolescentes de 15 a 17 años contraen matrimonio seis veces más que los varones de la misma edad. En ambos casos, las niñas y las adolescentes contraen matrimonio con personas mayores de edad.
Sólo durante 2015, de los 35 mil menores de 18 años que se casaron, 30 mil eran mujeres. Esta condición les impide continuar sus estudios y las coloca en situación de sufrir violencias física, económica y sicológica, entre otras.
Niñas y adolescentes pueden empoderarse a través de decidir sobre su propio cuerpo, para lo cual el Estado debe garantizar que ellas reciban la información necesaria sobre el cuidado de su salud sexual y reproductiva sin prejuicios, para prevenir embarazos en este sector.
El pleno del Sipinna aprobó el Programa Nacional de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes, así como los 25 Objetivos Nacionales de Derechos hacia 2025, en los cuales se delinean acciones específicas para el empoderamiento de niñas y adolescentes.
Entre las comisiones del Sipinna se creó una dedicada a abordar el tema de la igualdad sustantiva desde la etapa de niñez. Esta ha generado una estrategia que busca garantizar los derechos de las hijas e hijos de mujeres privadas de la libertad, atendiendo al principio del interés superior de la niñez.
Los 20 millones de niñas, es más de la población total que tienen países como Chile, Guatemala y Holanda, y casi todos los habitantes de los países nórdicos juntos (Noruega, Dinamarca y Finlandia).
Este enorme potencial humano depositado en las niñas y las adolescentes de México debe generar en el corto y mediano plazo nuevas perspectivas para el desarrollo del país, a través de su inclusión en la toma de decisiones.