Cerca de 4,000 personas, según cifras oficiales del Gobierno de Ciudad de México, marcharon desde la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, donde ocurrió la matanza, hasta el Zócalo frente al Palacio Nacional, en el que reside el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
"Justicia ya. No a la militarización, no a la impunidad", rezaba la manta principal del Comité del 68, conformado por el grupo de sobrevivientes que encabezó la manifestación, en la que participaron organizaciones sociales, estudiantiles, campesinas y obreras.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la capital desplegó a cientos de policías, quienes confrontaron a manifestantes en algunos puntos del recorrido ante la presencia de encapuchados que realizaron pintas en muros y arrojaron piedras a negocios del centro histórico.
El secretario de Gobierno de Ciudad de México, Martí Batres, reportó 40 personas embozadas con mochilas cargadas y el decomiso de un bolso con bombas molotov, pero afirmó que la marcha llegó al Zócalo "sin contratiempo".
LA HERIDA SIGUE ABIERTA
La marcha conmemora 54 años de la muerte de más de 300 estudiantes en una masacre del Ejército y su grupo paramilitar Batallón Olimpia contra una manifestación pacífica, que ocurrió 10 días antes de los Juegos Olímpicos de 1968, durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970).
La matanza marcó desde entonces a mexicanos como Enrique Dávalos, quien atestiguó las repercusiones del crimen cuando era un niño y ahora acudió a la protesta como parte del Grupo de Apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
"Hasta el momento no se ha hecho justicia, no se puede olvidar, no se puede sobrepasar eso, y en cambio lo que ha hecho el Estado y el Ejército es volver a asesinar", denunció mientras ondeaba una bandera de México pintada de negro.
El actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha creado una Comisión para la Verdad sobre la "Guerra sucia" para esclarecer el periodo de represión en México entre la década de los 60 y 90, que incluye este episodio.
Pero Dávalos opinó que “son esfuerzos buenos" mas "muy limitados", mientras que otros activistas los consideraron insuficientes, como Cresencia Montalvo, integrante de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (Uprez).
“Nada es suficiente, tenemos que mejorar la vida, tenemos que mejorar nuestra forma de vivir y de pensar todos, porque algunos estamos conscientes un poco, sabemos, otros seguimos dormidos. Esta es una lucha de consciencias, este es un despertar de las consciencias”, indicó.
MILITARIZACIÓN ACTUAL
Los manifestantes repudiaron las actuales políticas de militarización del Gobierno de López Obrador, quien el mes pasado trasladó al Ejército el control de la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad que él creó en 2019 con la promesa de mantenerlo civil.
Además, el presidente ha respaldado una reforma constitucional para que las Fuerzas Armadas realicen tareas de seguridad pública hasta 2028, pese a su promesa de campaña de devolverlas a los cuarteles.
"No lo entiendo. En su campaña electoral, lo que había prometido el Gobierno actual en la Presidencia, es transformar políticas de militarización por políticas de conciliación y lo que ha ocurrido es que se ha dado un proceso de militarización, en cierto sentido, nunca antes visto”, argumentó Dávalos.
Los activistas también recordaron el octavo aniversario de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014, un "crimen de Estado" en el que participaron autoridades de todos los niveles, incluyendo el Ejército, según reconoció el Gobierno en agosto pasado.
Esto muestra que “la situación en realidad no ha cambiado, el Estado y la burguesía siguen reprimiendo”, declaró Antonio Hidalgo, del Grupo Internacionalista, una organización marxista que portaba un cartel con la leyenda "De Tlatelolco a Ayotzinapa".
“Lo que debe quedar claro es que el propio Estado no va a enjuiciar a sus órganos de represión. Al mismo tiempo que el Estado habla de democracia y de justicia, ha militarizado básicamente todo el país”, aseguró el activista.