En entrevista, explicó que la manipulación de juegos pirotécnicos por niños, sin la supervisión de un adulto, incrementa el riesgo de quemaduras y explosiones que pueden terminar en la pérdida de alguna de sus extremidades.
Expuso que estos productos causan quemaduras de "segundo grado profundo y de tercer grado por fuego directo, y si les explota llegan a perder algún dedo o hasta la mano por esa causa”. Los niños en edad escolar de primaria son los que más se accidentan porque no están preparados para usar esos productos.
El experto indicó que por lo general estos casos se deben a que los menores no son supervisados por un adulto, y muchas veces cuando no truena un cohete se piensa que se apagó y al recogerlo les explota en la mano.
Agustín Reyes comentó que los accidentes por productos con pólvora son más frecuentes en varones, quienes se guardan los juegos pirotécnicos en las bolsas del pantalón.
"Lo que es frecuente es que se guarden las llamadas brujitas que se avientan y truenan y parecen muy inofensivas, se las guardan y se les olvida y la friccion con la ropa hace que se prendan y en lo se quitan las prendas se queman las piernas o alguna otra parte del cuerpo", añadió.