El descenso de las aprehensiones en la zona limítrofe entre Estados Unidos y México -cerrada temporalmente desde el pasado 21 de marzo para viajes no esenciales, con el fin de evitar la propagación del COVID-19- alcanza un 84 % si se comparan las cifras de abril pasado con las del mismo mes de 2019, cuando fueron detenidos 99,273 inmigrantes.
Según las estadísticas oficiales, 14,524 de los extranjeros detenidos el mes pasado en los "encuentros" con las autoridades migratorias son adultos solos, 604 corresponden a familias (que las autoridades definen como individuos acompañados de un menor, un progenitor o un tutor legal) y 734 menores de edad no acompañados.
Durante el mes pasado, los extranjeros no admitidos para entrar al país sumaron 927. En total, los detenidos e inadmitidos sumaron 16,789 casos.
El comisionado en funciones de la CBP, Mark Morgan, señaló en su cuenta de Twitter que los "encuentros diarios" de inmigración en abril disminuyeron "más del 50 %" respecto al mes pasado y la cifra mensual, que abarca detenciones e inadmitidos, muestra una caída del más del 88 % frente al mismo mes de 2019.
"La disminución de los encuentros significa que tenemos menos inmigrantes ilegales bajo nuestra custodia y que estamos en mejores condiciones para administrar nuestras instalaciones de detención a corto plazo desde una perspectiva de salud", agregó el funcionario, en momentos en que crecen los reclamos para que se libere a los inmigrantes que permanecen en centros de detención en medio de la pandemia.
Morgan detalló que los ciudadanos mexicanos representan "más del 70 % de los encuentros, mientras que las detenciones de adultos solos superan el 93 %" de las acciones de las autoridades migratorias.
"Estamos viendo una tasa de reincidencia del 25 %, principalmente de mexicanos. Quédese en casa para evitar exponer a otros al COVID-19", sentenció.
El pasado 9 de abril, el diario The Washington Post reveló que el Gobierno de Donald Trump ha expulsado de Estados Unidos a 10.000 inmigrantes desde el inicio de la crisis por el coronavirus amparado en las normas de emergencia adoptadas para evitar su propagación.
La versión, que citó como fuente a funcionarios de la CBP, aseguró que las deportaciones sumarias o "expulsiones" se empezaron a aplicar el pasado 21 de marzo.
La decisión está amparada en las medidas de emergencia de salud pública, lo que ha permitido que las autoridades fronterizas devuelvan a México a los indocumentados saltándose los procedimientos habituales de las leyes migratorias.