A propósito del Día Mundial del Agua...

El Día Mundial de Agua tiene su origen en la Conferencia de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo o Cumbre de la Tierra (Rio de Janeiro, Brasil, 1992).

Derivado de lo anterior, la Asamblea General de las Naciones Unidas instituyó a partir de 1993, el 22 de marzo de cada año como  “Día mundial del agua”, para promover entre los países miembros, actividades orientadas a fomentar la comprensión de la importancia que tienen los recursos hídricos para el desarrollo, el bienestar social y los ecosistemas del planeta, tomando en consideración las recomendaciones del capítulo sobre Agua Dulce del Programa de Acción para el Desarrollo Sustentable, conocido como Agenda 21.

Además de los países miembros, varias ONG que promueven el agua limpia y hábitats acuáticos sustentables, han recurrido al Día Mundial del Agua para llamar la atención del público hacia la crítica situación del agua en nuestra época.

El Consejo Mundial del Agua -organización teóricamente independiente formada por tecnócratas expertos en temas hídricos que busca soluciones a los problemas globales relacionados con el agua-, realiza cada tres años el Foro Mundial del Agua, durante la semana de esta celebración.

El Primer Foro Mundial del Agua (Marrakech, 1997), trató el tema del agua y el saneamiento, la gestión de aguas compartidas, la conservación de los ecosistemas, la igualdad de género y la utilización eficaz del agua.

El II Foro (La Haya, 2000), fijó como objetivo reducir a la mitad, para el año 2015, el número de personas sin acceso a agua potable.

En 2003, coincidiendo con el Año Internacional del Agua Dulce, se celebró el III Foro en Kioto. Sus temas centrales fueron la gobernabilidad, la gestión integrada de los recursos hídricos, políticas a favor de los pobres, financiamiento y cooperación. Entre sus documentos destaca el Primer Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo.

En marzo de 2006, la ciudad de México fue sede del IV Foro, teniendo como tema central “Acciones locales para un reto global”, en el que se consideró que, independientemente de las causas que originan los problemas del agua, éstos tienen mayor impacto a nivel local.

El V Foro (Estambul, Turquía, 2009) tuvo como temas: cambios globales y manejo de riesgos; avance en el desarrollo humano y los objetivos del milenio; manejo y protección de los recursos hídricos y sus sistemas de suministro para cumplir las necesidades humanas y ambientales; gobernanza, gestión, financiamiento, educación y fortalecimiento de capacidades.

El agua en la Tierra

El total del agua presente en el planeta, en todas sus formas, se denomina hidrosfera. El agua cubre 3/4 partes (71 por ciento) de la superficie de la Tierra. Se puede encontrar esta sustancia en prácticamente cualquier lugar de la biosfera y en los tres estados normales de agregación de la materia: sólido, líquido y gaseoso.

De acuerdo con los estudios científicos disponibles, el 96.5 por ciento es agua salada, localizada principalmente en los océanos y mares; el 3 por ciento restante es dulce. De esta última, el 1 por ciento se encuentra en estado líquido; el 2 por ciento restante en estado sólido en capas, campos y plataformas de hielo o banquisas (formadas por la congelación del agua de mar) en las latitudes próximas a los polos. Fuera de las regiones polares el agua dulce se encuentra principalmente en lagos, humedales (pantanos), ríos y en acuíferos (subterráneos).

En la superficie de la Tierra hay unos 1’386,000,000 km3 de agua que se distribuyen de la siguiente forma:

Las regiones hidrológico-administrativas para la gestión del agua en México

El país ha sido dividido en 13 Regiones Hidrológico-Administrativas (RHA), debido a que las cuencas son las unidades básicas de gestión de los recursos hídricos, esto con el fin de organizar la administración y preservación de las aguas nacionales.

Las RHA están formadas por agrupaciones de cuencas, respetando los límites municipales para facilitar la integración de la información socioeconómica.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua), órgano administrativo, normativo, técnico y consultivo, encargado de la gestión del agua en México, desempeña sus funciones a través de 13 Organismos de Cuenca (antes conocidos como Gerencias Regionales), cuyo ámbito de competencia son las RHA con sus respectivas sedes, las cuales se muestran en la siguiente figura:

Contraste regional entre el desarrollo y disponibilidad del agua

En el país existen tres zonas de agrupación según su aportación al PIB nacional: la denominada tipo I (muy alta), tipo II (alta) y tipo III (mediana).

En el caso de la zona I, ocurre solamente el 0.8 por ciento del agua renovable, se genera el 21.3 por ciento del PIB nacional y habita el 19.8 por ciento de la población; en la zona II ocurre el 26.8 por ciento del agua renovable, se genera el 55.5 por ciento del PIB nacional y habita el 47.8 por ciento de la población; en contraparte, en la zona III, ocurre el 72.5 por ciento del agua renovable, se genera el 23.2 por ciento del PIB nacional y habita el 32.4 por ciento de la población nacional.

Anualmente, México recibe alrededor de 1,489 miles de millones de metros cúbicos de agua en forma de precipitación, 73.2 por ciento se evapotranspira y regresa a la atmósfera, 22.1 por ciento escurre por los ríos y arroyos, y 4.7 por ciento se infiltra al subsuelo y recarga los acuíferos.

En 2008, el país tenía una disponibilidad natural media de 459 mil millones de metros cúbicos de agua dulce renovable, también denominada disponibilidad natural media; se contaba con 49,744 millones de metros cúbicos de agua que se importaba de otros países y se exportaban 432 millones de metros cúbicos.

La disponibilidad natural media per cápita, que resulta de dividir el valor nacional anual entre el número de habitantes; ha disminuido de 4,685 m³/habitante/año en 2001, a 4,288 m³/habitante/año en el 2008.

Precipitación media

En 2009, la precipitación pluvial media anual en México fue de 723.6 mm, mientras que en 2000 fue de 772.0 mm. Considerando que la media anual se ubica alrededor de los 760 mm (ver línea horizontal en el gráfico), los valores “normales” –de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM)– corresponden a los promedios calculados para un período uniforme y relativamente largo, el cual debe tener como mínimo 30 años para ser representativo e iniciar el 1° de enero de un año que termine en uno y finalice el 31 de diciembre de un año que termine en cero.

Clasificación de los usos del agua

El agua es empleada de diversas formas, prácticamente en todas las actividades humanas, ya sea para las prácticas habituales de subsistencia o para producir e intercambiar bienes y servicios.

En el Registro Público de Derechos de Agua (Redpa) se tienen registrados los volúmenes concesionados (o asignados, en el caso de volúmenes destinados al uso público urbano o doméstico) a los usuarios de aguas nacionales.

En dicho Registro se tienen clasificados los usos del agua en 12 rubros, que para fines prácticos se han agrupado en cinco segmentos; cuatro de ellos corresponden a usos consuntivos, es decir el agrícola, el abastecimiento público, la industria autoabastecida y las termoeléctricas, y por último el hidroeléctrico, que se contabiliza aparte por corresponder a un uso no consuntivo.

En la siguiente gráfica se muestra la evolución del volumen concesionado para usos consuntivos. Como puede apreciarse, el 63 por ciento del agua utilizada en el país para uso consuntivo proviene de fuentes superficiales (ríos, arroyos y lagos), mientras que el 37 por ciento restante proviene de fuentes subterráneas (acuíferos). En el periodo reportado, el agua concesionada superficial creció 14 por ciento, en tanto que la subterránea se incrementó en 19 por ciento.

Sobreexplotación de acuíferos

Para fines de administración del agua subterránea, el país se ha dividido en 653 acuíferos. En 30 años el número de acuíferos sobreexplotados ha ido en aumento; en 1975 había 32 acuíferos en esta situación, últimamente existen 101. De éstos se extrae 58 por ciento del agua subterránea para todos los usos, mientras que el agua que se recarga o infiltra representa el 17.6 por ciento del total del agua disponible.

Entre los problemas que propician la sobreexplotación se encuentra la disminución de las reservas de agua subterránea a un ritmo cercano a 6 km3 por año, problemas asociados al hundimiento del subsuelo y fracturas que generan grietas que dañan las edificaciones.

Además, con la sobreexplotación se extrae agua con mayor concentración de sales a medida que aumenta la profundidad de extracción, lo cual se vuelve más crítico en el caso de los 16 acuíferos que registran intrusión marina y en otros 32 que contienen agua salobre o que se localizan en suelos salinizados.

Para 2008, se presenta intrusión marina en 16 acuíferos a nivel nacional ubicados en los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora y Veracruz de Ignacio de la Llave. Estos acuíferos son: Ensenada, Maneadero, Camalú, Colonia Vicente Guerrero y San Quintín en Baja California; Santo Domingo, Los Planes, y La Paz y Mulegé en Baja California Sur; Sonoyta- Puerto Peñasco, Caborca, Costa de Hermosillo, Valle de Guaymas y San José de Guaymas en Sonora; costera de Veracruz y Costera de Coatzacoalcos en Veracruz de Ignacio de la Llave.

Infraestructura hidráulica

Entre la infraestructura hidráulica del país para proporcionar el agua a los diferentes usuarios nacionales, destaca la siguiente: presas de almacenamiento, acueductos, bordos, plantas potabilizadoras y plantas de tratamiento de aguas residuales.

Los distritos y unidades de riego, colocan a México en el 6° lugar a nivel mundial por su superficie bajo riego con 6.5 millones de hectáreas, de las cuales, 3.5 millones corresponden a 85 distritos de riego y 3.0 millones a más de 39 000 unidades de riego.

Los distritos de riego son proyectos desarrollados desde 1926, incluyen vasos de almacenamiento, derivaciones directas, plantas de bombeo, pozos, canales y caminos, la productividad de estos depende de las condiciones meteorológicas.

En 2009, se tenían 604 plantas potabilizadoras en operación; 1,833 plantas de tratamiento de aguas residuales municipales; 2,082 plantas de tratamiento de aguas residuales industriales en operación; 1,085 bordos, así como 3,000 kilómetros de acueductos.

De las 4,462 presas, 667 están clasificadas como grandes presas. La capacidad de almacenamiento de todas las presas es de 150 mil millones de metros cúbicos, de las cien presas más grandes representa una capacidad de casi un 79 por ciento del almacenamiento total del país. Las cinco más grandes son: La Angostura y Malpaso (ubicadas en Chiapas), Infiernillo (Guerrero y Michoacán), Temascal (Oaxaca) y Aguamilpa (Nayarit). Como el volumen de almacenamiento depende de la precipitación y el escurrimiento en las distintas regiones del país, el caudal almacenado es variable año con año.

El volumen almacenado anualmente en las 100 principales presas del país, en el periodo de 1990 a 2009, se muestra en la siguiente gráfica en la cual se aprecia el descenso de niveles almacenados en 2002, con 58,002 millones de metros cúbicos, con relación al año 2008 con 106,165 millones de metros cúbicos almacenados.

Agua virtual en México

El agua virtual se define como la cantidad total de este líquido que se utiliza o integra a un producto, bien o servicio. Por ejemplo, para producir un kilogramo de trigo en México se requieren, en promedio 1,000 litros de agua, mientras que para llevar un kilogramo de carne de res a la mesa de una persona, se requieren 13,500 litros.

En 2008, México exportó 6,961 millones de m3 de agua virtual, e importó 34,601, es decir, tuvo una importación neta de 27,640 millones de metros cúbicos. De esta cantidad, el 53.2 por ciento está relacionado con productos agrícolas, el 38.4 por ciento con productos pecuarios y el 8.4 por ciento con productos industriales.

Los tres productos con mayor volumen de agua virtual que se exportaron en 2008 fueron los cereales, con 1,179.41 millones de m3, las frutas y frutos comestibles, con 1,108.59 millones de m3, las carnes y despojos comestibles con 840.22 millones de m3.

Con respecto a la industria, el mayor volumen de agua virtual importada correspondió a la siderúrgica, con 755.98 millones de m3 y la textilera con 473.76 millones de m3.

Por otro lado, los tres productos con los cuales se importó una mayor cantidad de agua virtual, fueron los cereales con 11,290.62 millones de metros cúbicos; las carnes y despojos comestibles con 10,190.35 millones de m3, y las semillas y frutos con 6,820.79 millones de m3.

Tratamiento y reuso de aguas residuales

Las descargas de aguas residuales se clasifican en municipales e industriales. Las primeras son manejadas en los sistemas de alcantarillado municipal y urbano, mientras que las segundas son descargadas directamente a los cuerpos receptores de propiedad nacional, como es el caso de la industria autoabastecida.

En 2009, el agua residual municipal generada fue de 237.4 m3/s; mientras que el agua residual municipal colectada fue de 209.0 m3/s. La meta establecida para el año 2012 es tratar el 60por ciento del volumen total de aguas residuales colectadas en los sistemas de alcantarillado.

En 2009, las 2,029 plantas municipales en operación dieron tratamiento a 88.1 m3/s, que representan 42.1 por ciento de los 209 m3/s recolectados en los sistemas de alcantarillado. En este mismo año la industria trató 33.7 m3/s de aguas residuales en 2,256 plantas industriales (2,186 en operación).

Aunque en los últimos 11 años el volumen de agua tratada casi se ha triplicado, 61.7 por ciento del caudal recolectado aún es depositado en los cuerpos receptores sin tratamiento alguno. El 22.7por ciento de las plantas de tratamiento en operación se encuentran en Durango, Chihuahua, Sinaloa y Aguascalientes.

Las 2,186 plantas de tratamiento de aguas residuales industriales en operación registraron una capacidad instalada de 72.4 m3/s, y trataron un caudal de 36.7 m3/s, el tratamiento más utilizado es el secundario con 1,193 plantas, que consiste en la remoción de materiales orgánicos coloidales y disueltos. El estado de México, Hidalgo y Nuevo León registran los mayores caudales de agua industrial tratada.

Desde el punto de vista de la sustentabilidad, la calidad del agua y el tratamiento del agua residual son importantes para el cuidado de la salud humana y el equilibrio de los ecosistemas.

Agua y salud

De acuerdo con la Secretaría de Salud, las enfermedades infecciosas intestinales en 2009 fueron de 5’493,387 casos, aplicando la proyección de Conapo para ese año, se obtiene una tasa de 5,108 casos por cada 100 mil habitantes. Las principales causas de estas enfermedades en el último año son: virus y otros organismos (4.6 millones de casos), paratifoidea y salmonelosis (137.2 mil casos), la fiebre tifoidea (46.7 mil casos) y la intoxicación alimentaria bacteriana y la shigelosis, con 38.9 mil y 12.4 mil casos, respectivamente.

Por un lado, el problema de la falta de recolección y tratamiento de una parte de las aguas residuales ha derivado en problemas de insalubridad, de alteración del equilibrio ecológico de los cuerpos receptores y de la posible contaminación de las fuentes de abastecimiento superficiales y mantos acuíferos.

En México, en el caso de las enfermedades diarreicas, la mortalidad infantil se ha reducido como resultado de diversas acciones e intervenciones en salud pública1, entre ellas: la distribución de suero oral (a partir de 1984), las campañas de vacunación (a partir de 1986), el Programa Agua Limpia (a partir de 1991), y el incremento de las coberturas de agua potable, alcantarillado y saneamiento, que reducen la exposición a los agentes patógenos. A estos factores se añaden los de higiene, educación, acceso a los servicios de salud y condiciones socioeconómicas y ambientales.

Disponibilidad de agua potable y alcantarillado

En 2009, se logró una cobertura de alcantarillado del 86.8 por ciento, disminuyendo a 13.7 millones el número de mexicanos que no cuentan con este servicio. El objetivo también se ha alcanzado antes de lo esperado, ya que en 1990, 38.5 por ciento de la población total del país (31.0 millones) no tenía acceso a drenaje, en 2009 disminuyó a 13.2 por ciento (13.7 millones).

Sin embargo, en 2009, las diferencias regionales son significativas, en las zonas rurales 36.8 por ciento de la población no cuenta con drenaje, mientras que en las áreas urbanas 6.1por ciento de la población no tiene acceso al drenaje.

En Oaxaca, Yucatán y Guerrero, tres cuartas partes de su población no disponen del servicio.

En 2009, se alcanzó el 90 por ciento de cobertura en agua potable y el 86 por ciento de alcantarillado, mientras que en 1990 se cubría solamente el 77 por ciento de agua potable y el 60 por ciento de alcantarillado.

Viviendas particulares habitadas que disponen de drenaje y agua entubada

De acuerdo a los resultados del XIII Censo General de Población y Vivienda 2010, uno de los servicios básicos para mantener las condiciones sanitarias adecuadas en la vivienda y el entorno en que se desarrolla la vida cotidiana de la población, es la disponibilidad de drenaje. La cobertura de este servicio se ha ampliado en los últimos 20 años, ya que la proporción de viviendas particulares que disponen de este servicio creció de 63.6 por ciento en 1990 a 90.3 por ciento en 2010.

Otro de los servicios esenciales es el abastecimiento de agua potable de la red pública. Su cobertura se incrementó en los últimos 20 años, al pasar el volumen de viviendas que cuentan con este servicio de 79.4por ciento en 1990 a 91.5 por ciento en 2010. Este beneficio es de gran importancia, ya que el abastecimiento de agua de la red pública disminuye de modo considerable los riesgos de contraer enfermedades asociadas a la ingestión de agua que no es adecuada para el consumo humano.

La calidad del agua se evalúa por medio de tres indicadores: Demanda Bioquímica de Oxígeno a 5 días (DBO5), Demanda Química de Oxígeno (DQO) y los Sólidos Suspendidos Totales (SST). Los dos primeros miden la cantidad de materia orgánica existente en el agua, proveniente principalmente de las descargas de aguas residuales urbanas. El tercer indicador mide la capacidad de los cuerpos de agua para mantener la diversidad de la vida acuática, a mayor cantidad de SST, menor capacidad para mantener la vida.

Potabilización y desinfección del agua

De acuerdo con el inventario nacional de plantas potabilizadoras, en 2009 existían 631 plantas en operación; contaban con una capacidad de 133.0 m3/s y procesaron un caudal de 90.0 m3/s. Las plantas potabilizadoras condicionan la calidad del agua de las fuentes superficiales y subterráneas para el uso público urbano.

Las acciones ejecutadas por los gobiernos federal, estatal y municipal, permitieron que al 31 de diciembre de 2009 se lograra una cobertura nacional de agua potable de 90.7 por ciento, disminuyendo a 9.7 millones el número de mexicanos que no cuentan con agua entubada en su vivienda, 7.7 millones menos que en 1990.

En el 2009 se suministraron 328.1 metros cúbicos de agua por segundo y se desinfectaron 318.6 m3/s a nivel nacional. Se estima que 203.5 m3/s (62 por ciento) proviene de fuentes subterráneas y el resto del suministro se obtiene de fuentes superficiales (38 por ciento). Debido a sus características físico-químicas, alrededor de 83.1 m3 /s de las aguas superficiales es sometido al proceso completo de potabilización.

El método de desinfección más utilizado es la cloración, consistente en adicionar al agua gas-cloro (hipoclorito de sodio líquido) en un punto de inyección o en un  tanque de contacto, o bien en la línea de distribución a una distancia que permita al cloro permanecer al menos 20 minutos en contacto con el agua antes de ser utilizada. En las zonas rurales también es frecuente la aplicación del hipoclorito de calcio directamente en los tanques de almacenamiento.

El volumen de agua desinfectada se ha incrementado gradualmente, al pasar de 84.5 por ciento en 1991 a 97.1 por ciento en 2009. El indicador de desinfección se mide a través de la presencia de Cloro libre residual en el agua domiciliaria, según datos de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios Cofepris, el promedio nacional conocido como eficiencia de cloración, es del 86 por ciento. En cinco entidades federativas Aguascalientes, Campeche, Chihuahua, Colima y Tabasco, la cobertura de desinfección llegó al 100 por ciento.

Humedales Ramsar en México

Los humedales constituyen un eslabón básico e insustituible del ciclo del agua. Su conservación y manejo sustentable pueden asegurar la riqueza biológica y los servicios ambientales que éstos prestan, tales como el almacenamiento del agua, la conservación de los acuíferos, la purificación del agua mediante la retención de nutrientes, sedimentos y contaminantes, la protección contra tormentas e inundaciones, estabilización de los litorales y el control de la erosión.

La Conanp (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas), que funge como enlace con la Convención Ramsar (a la que México pertenece desde 1987), ha dado a conocer la integración de 130 humedales de importancia a partir del año 1986 y hasta el año 2010, como sitios de conservación RAMSAR para México.

México registró en 1986 su primer humedal: “Reserva de la Biosfera Ría Lagartos” de importancia internacional, al cual se han ido incorporando otros. Así, en 2008 ya se tenían 112 y en 2009- según la Semarnat- se agregaron doce, dando un total de 124 sitios, en 2010 se integraron seis, llegando así a 130 humedales, quedando una superficie total aproximada de 8´888,766 hectáreas.

A principios de 2011 (febrero), se integran otros 4 humedales, con lo que el total llegó a (134):

Laguna de Cuyutlán, Colima (8,800 hectáreas)

Estero el Soldado, Sonora (349.89 hectáreas)

El Jagüey, Aguascalientes (201.29 hectáreas) y

Presa de Silva, Guanajuato (3,934 hectáreas)

En total, se tienen actualmente en México 8´902,051 hectáreas como sitios de conservación Ramsar.

Las entidades con mayor número representativo de humedales son: Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Michoacán, Chiapas, Quintana Roo, Yucatán y Veracruz, entre otras.

Con estas designaciones, México sigue ocupando el segundo lugar mundial, después del Reino Unido, el cual cuenta con 131 sitios Ramsar  con una superficie de 8´915, 433.7 hectáreas.

En términos de superficie, la aportación del país a la Convención Ramsar es también muy significativa, ya que se ubica detrás de Canadá y de la Federación Rusa.