Participan 6 millones de personas en el macrosimulacro del DF

A las 11:00 horas de este lunes sonaron las alarmas sísmicas e inició el macrosimulacro en el Distrito Federal, en el que se estima que participaron seis millones de personas que desalojaron edificios públicos y privados.

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Varias personas particirón ayer 19 de septiembre, en un conjunto habitacional de la ciudad de México, para recordar el terremoto de 8.1 grados Richter que hace 25 años sacudió a la capital del país y causó la muerte de más de 10,000 personas.

Luego de un supuesto sismo de 8.1 grados en la escala de Richter, el jefe de gobierno del Distrito Federal , Marcelo Ebrard, y 464 personas, entre ellas miembros de su gabinete, salieron del Antiguo Palacio del Ayuntamiento para resguardarse en la plancha del Zócalo capitalino.

Se desarrolló con calma el Macrosimulacro 2010

En el Distrito Federal al menos seis millones de personas que se encontraban en edificios de oficinas públicas y privadas, participaron este lunes en el simulacro por sismo convocado por el gobierno de la ciudad.

El titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Francisco Blake Mora, encabezó en punto de las 11:00 horas el Macrosimulacro 2010, en el que participaron unos siete mil empleados de la dependencia.

Una vez que se activó la alarma sísmica, brigadistas de la Coordinación de Unidades Internas de Protección Civil guiaron al personal de las distintas áreas de la dependencia, que participó con orden y prontitud en la evacuación de los inmuebles.

En un comunicado, la dependencia precisó que los trabajadores se concentraron en los puntos de reunión previamente acordados, mientras que los brigadistas hicieron los conteos respectivos, en cuanto al tiempo de desalojo de cada área.

A su vez, personal de Protección Civil de la Dirección de Seguridad Institucional, así como de la Dirección General de Recursos Materiales y Servicios Generales llevaron a cabo el informe sobre el estado del conjunto Bucareli y los 28 inmuebles de la Segob en el área metropolitana.

La dependencia destacó que en el ejercicio acompañó al secretario de Gobernación el oficial mayor de la Segob, José Óscar Vega Marín, quien se sumó a las seis millones de personas que llevaron a cabo el Macrosimulacro en el Distrito Federal y su área metropolitana.

En Paseo de la Reforma, en tanto, muchos de los transeúntes que ignoraban el simulacro preguntaban sorprendidos qué pasaba; hubo quien comentó que se trataba de una bomba y que habían desalojado las oficinas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). No era así.

Los helicópteros volaban la zona de Chapultepec, mientras los encargados de Protección Civil voceaban para convocar a la gente a salir y concentrarse en las zonas asignadas de seguridad.

Muchos automovilistas no estaban enterados de esta medida preventiva y no quisieron participar; aunque veían que la gente atravesaba la avenida tanto carriles centrales como laterales, no se detuvieron y muchos participantes tuvieron que esquivar los carros.

A las 11:10 de la mañana casi todos los oficinistas de La Torre Mayor, del IMSS y de otros edificios aledaños salieron tranquilamente y platicando con sus compañeros; entre risas y charlas se situaban en las zonas de seguridad.

Después de unos 10 minutos se dio la orden de que regresaran a sus sitios de trabajo para continuar la jornada laboral de este lunes 20 de septiembre, cuando se cumplen 25 años del temblor de 7.2 grados Richter que cimbró a la ciudad de México un día después del terremoto de 8.1 grados que asoló la megalópolis.

A las 11:30 horas, la mayoría ya había regresado a sus centros de trabajo, pero la opinión generalizada fue que en un terremoto de verdad, la gente se encimaría y no serían tan organizados.

Blanca, de 35 años, relató que ella era muy chica cuando el terremoto, y que recuerda que en la escuela sí hacían simulacros seguido; incluso se acuerda cuando la sentaban en la orilla de la calle, pero por lo menos tenía unos cinco años que no participaba en un evento como el de hoy.

Ante esa situación consideró que los simulacros deberían ser programados con más frecuencia, por lo menos cada dos o tres meses, para que se hiciera costumbre, y entonces si llegara un temblor sabrían qué hacer con más precisión.

En los hoteles y restaurantes de la zona, en cambio, los comensales sólo veían hacia el cielo para ver los helicópteros, pues pensaron que se trataba de alguna persecución, porque no se acordaron del simulacro hasta que alguien lo recordó; sin inmutarse, continuaron sus desayunos y reuniones.

Por otro lado, vecinos y autoridades de Protección Civil de Tlatelolco reconocieron que esa unidad habitacional no está preparada para enfrentar un sismo de la magnitud del ocurrido en 1985.

Armando Ríos Elizalde, enlace de Protección Civil en la Dirección Territorial Tlatelolco-Santa María, consideró que las autoridades no tienen capacidad de respuesta para enfrentar un desastre de grandes dimensiones y por ello la única solución posible son los planes familiares de protección civil.

La mañana de este lunes, como parte del macrosimulacro convocado por autoridades capitalinas, se evacuó en 47 segundos sólo la sede de la Dirección Territorial, donde casi 100 personas salieron de manera ordenada del inmueble ubicado a un costado de lo que fue el edificio Nuevo León.

Aunque el simulacro terminó sin novedad, los vecinos de Tlatelolco aseguraron que no existen planes generalizados de desalojo para toda la unidad.

Al respecto, Ríos Elizalde externó que falta mucho en materia de educación cívica y recordó que mientras en 1985 la zona habitacional tenía unos 100 mil ocupantes, ahora sólo cuenta con casi 30 mil.

Muchos de ellos, añadió, no vivieron los movimientos telúricos de 1985 y por lo tanto no tienen la sensibilidad de lo que pueda ocurrir, en virtud de la falla geológica que cruza todo el Paseo de la Reforma.

Ríos Elizalde recordó que el edificio Nuevo León se colapsó por un problema administrativo porque cuando ocurrió el sismo estaban inconclusos los trabajos de recimentación.

Esas labores fueron suspendidas porque las autoridades querían cambiar el régimen de propiedad y los vecinos no lo aceptaron; la consecuencia fue que el trabajo nunca se terminó y con el sismo el edificio se vino abajo, añadió.

José Cerón, quien reside en Tlatelolco, aseguró en entrevista posterior al macrosimulacro que las autoridades nunca han ofrecido planes de desalojo para los edificios y los vecinos tienen que organizarse por su cuenta para crear planes específicos por edificio.