Las actividades impartidas por la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (SEDEREC) fueron planeadas para realizarse con mujeres indígenas y adultas mayores.
Este Centro de Readaptación Social alberga a 175 mujeres, de entre 30 y 85 años edad; de ellas 12 son indígenas, 8 con alguna discapacidad física y 40 con discapacidad psicosocial.
Por parte de autoridades del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México resaltaron que este tipo de actividades es un reconocimiento a las madres internas que son pilares fundamentales de la familia.
El evento empezó con clases de zumba, donde 50 internas aprovecharon para bailar y contar con acondicionamiento física.
Una de las internas, “Alejandra”, quien lleva cinco años en el Centro Femenil destacó que estas clases le han ayudado a mantener su peso y sentirse mejor tanto emocional como físicamente.
Durante la actividad también participaron personas con alguna discapacidad como “Concepción”, quien pese a estar en una silla de ruedas, se integró a las actividades grupales.
En el mismo evento se realizaron jornadas de medicina tradicional. A través de cantos, rezos y respiraciones curanderos pidieron a los cuatro elementos: fuego, agua, tierra y aire por la salud de las mujeres privadas de su libertad.
También se otorgó asesoría psicológica con el fin de que las reclusas pudieran expresar sus emociones e ideas para una pronta recuperación.
De acuerdo con el Informe Especial sobre las Condiciones de Hijas e Hijos de las Mujeres Privadas de la Libertad en los Centros de Reclusión de la República Mexicana, es necesario contar con políticas públicas efectivas, que privilegien el derecho de la niñez a convivir con sus madres independientemente de su situación legal.
Con estas acciones se brinda apoyo a mujeres en situaciones vulnerables para que se puedan integrar a la sociedad de una manera eficiente y adecuada. Así como para mejorar sus condiciones de vida.