El escenario navideño del Distrito Federal, se observó con escaso número de personas, con rastros de basura y pirotecnia acompañados de un gélido clima.
Las familias que pasaron estas fechas en el interior de la República fueron algunos de los motivos por lo que la ciudad de México se apreciaba vacía, pues la gente que disfruto de la Nochebuena en casa prefirió permanecer ahí y disfrutar del "recalentado".
A diferencia de los negocios, los templos estuvieron muy concurridos por los feligreses, así como los parques y en particular, los alrededores el árbol más grande del mundo, ubicado en la Glorieta de la Palma en Paseo de la Reforma.