Transporte nocturno de mercancías: ¿qué pueden aprender las megaciudades latinoamericanas de Nueva York?

Ocho de cada diez latinoamericanos viven en ciudades, más que en cualquier otra región en desarrollo del mundo. En 2050, solo uno de cada diez vivirá en el campo. Las megaciudades latinoamericanas se han convertido en auténticos motores económicos y son los epicentros de la innovación, la educación y la cultura de la región. Pero uno de los mayores problemas por resolver en estas ciudades es el tráfico. Los sistemas ineficientes de transporte público y de mercancías generan millones de horas perdidas al año, menor productividad y mayores emisiones de gases de efecto invernadero.

Una encuesta realizada el año pasado en las cinco mayores ciudades de América Latina (Ciudad de México, Sao Paulo, Buenos Aires, Bogotá y Lima) descubrió que, en promedio, sus habitantes tardan alrededor de 1 hora y 28 minutos en realizar su viaje más frecuente de ida y vuelta, normalmente desde su casa hasta su centro de trabajo. Esto se traduce en 22 días y 7 horas perdidos por persona cada año.

Los ciudadanos de América Latina demandan infraestructuras mejores y más respetuosas con el medio ambiente, pero a la vez se resisten a pagar más impuestos. ¿Cómo responder al  problema crónico del transporte a un costo asumible para sus gobiernos?

Una de las medidas más sencillas y efectivas para reducir la congestión en vías urbanas es la de incentivar la entrega de mercancías durante la noche evitando las horas punta. Un profesor del Rensselaer Polytechnic Institute en Troy (Nueva York), José Holguín-Veras, se dedicó durante 12 años a analizar los efectos de trasladar la entrega de mercancías a restaurantes, tiendas y oficinas de la ciudad a un horario de 10 de la noche a 6 de la mañana. En la Gran Manzana, el tráfico de mercancías es el propio de una ciudad que ¨nunca duerme¨: solo en Manhattan se realizan diariamente entre 200,000 y 300,000 entregas.

Después de conocer los resultados de sus estudios, el gobierno de la ciudad de Nueva York puso en marcha un programa piloto con 25 empresas que aceptaron recibir mercancías en horario nocturno y que obtuvo resultados sorprendentes. La velocidad media de los camiones pasó de 5 kilómetros por hora durante el día a 13 kilómetros por hora durante la noche. La duración de las paradas para descargas descendió un 72 por ciento y el costo total de estas entregas nocturnas fue un 30 por ciento más barato, por lo que si esta iniciativa se expandiera a gran escala, los ahorros podrían alcanzar los cientos de millones de dólares.

Siguiendo el éxito de Nueva York, el Departamento de Transporte de Estados Unidos lanzó en 2011 un programa llamado deliverEASE que ofrece subvenciones de US$2.000 dólares a empresas que se comprometan a asumir este sistema de entregas nocturnas. Algunos de los grandes de la distribución estadounidense ya se han sumado a esta iniciativa, incluyendo empresas como CVS, Sysco y Whole Foods Markets, por lo que si la idea se extendiera a lo largo del país, sería posible reducir aún más la congestión, los costos y, de camino, también las emisiones de CO2.

Aunque el problema del transporte en Nueva York no sea necesariamente igual al de las megaciudades de América Latina, iniciativas como DeliverEase muestran cómo los gobiernos pueden innovar sin necesidad de realizar inversiones millonarias. A veces, basta con aprender de las experiencias de otras ciudades para apreciar, con una mirada diferente, el potencial de la infraestructura existente.