El paro en Sao Paulo generó un gran tumulto en las inmediaciones de la Arena Corinthians -el escenario del partido de apertura del Mundial, entre Brasil y Croacia-, cuando pasajeros invadieron y dañaron las instalaciones de la estación de metro de Itaquera, vecina al estadio.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, calificó el incidente de "lamentable", mientras que el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, sostuvo que la huelga tiene motivaciones "políticas" y es "abusiva".
El líder de los empleados del metro paulista, Alex Fernandes, acusó a su vez a la gobernación de eludir una negociación: "Nuestra pauta de reivindicaciones fue entregada el 15 de abril", aseguró.
Según la Compañía de Ingenería de Tráfico, el paro en demanda de aumentos salariales generó en la mañana de hoy 209 kilómetros de embotellamiento, considerado el tercero peor de las últimas dos décadas.
La situación caótica en el tránsito sorprendió a dirigentes de la FIFA que llegaron hoy a Sao Paulo para seguir, el 12 de junio, el partido inaugural del Mundial, entre Brasil y Croacia.
"Tardé dos horas y media en llegar al hotel desde el aeropuerto", dijo a la agencia brasileña Estado el presidente de la UEFA y ex futbolista francés Michel Platini, en una queja idéntica a las expresadas por el vicepresidente de la FIFA, Jim Boyce, y por el presidente de la Federación de Fútbol de Costa de Marfil, Jacques Anouma.
"Bienvenido al país del tránsito", dijo con ironía el africano, quien integra el comité ejecutivo de la FIFA.
La huelga fue decidida en la noche de este miércoles, luego de que el sindicato de los funcionarios del metro paulista rechazaran la oferta del 8.7 por ciento de aumento salarial presentada por los patrones.
Los trabajadores demandan un aumento del 35.47 por ciento en sus salarios.
La adhesión al paro fue virtualmente total en las primeras horas de la mañana, pero luego algunos trenes volvieron a circular, lo que atenuó los problemas de los 4.6 millones de usuarios del sistema. (DPA)