El primer vuelo, que levantó una gran espectación mediática en el aeropuerto de Toulouse, sur de Francia, ciudad que alberga la planta de ensamblaje de Airbus, comenzó a las 8:00 horas GMT y duró cuatro horas.
Con esta operación se abre la puerta a un año de 2.500 pruebas aéreas durante el cual el aparato debe quedar listo para ser entregado a sus clientes.
El vuelo ha estado tripulado por pilotos e ingenieros, bajo la dirección del español Fernando Alonso, responsable de las pruebas del fabricante europeo.
Tras ellos, la aerolínea catarí Qatar Airways recibirá el primer aparato en la segunda mitad del año próximo, según Airbus, que se niega a dar una fecha concreta ante la "complejidad" del programa, que ya ha sufrido dos retrasos de, en total, año y medio.
El presidente de Airbus, Fabrice Brégier, afirmó sentirse "orgulloso" de sus equipos, capaces de lanzar un desafío técnico y comercial.
El A350 es el primer nuevo modelo que sale de las factorías de Toulouse desde que hace 8 años fue lanzado el A380, el avión comercial más grande del mundo, y no parece probable la comercialización de otro aparato más avanzado hasta finales de la próxima década.
Éste es el séptimo nuevo modelo que sale de la factoría de Toulouse desde que en 1970 se creó Airbus, propiedad del consorcio europeo EADS.
Para competir con el estadounidense 787, el avión más vendido de ese segmento en el mundo, Airbus ha apostado por dotar al A350 de materiales más ligeros, con lo que asegura que consume un 25 por ciento menos de combustible que su rival.
El nuevo avión, dotado de dos reactores fabricados por la británica Rolls Royce, cuenta con muchos componentes de fibra de carbono, en particular las alas, de 32 metros de largo y 6 de ancho, la pieza de ese material nunca construida para la aviación comercial.
Parte de ese ala se ha fabricado en la planta de Airbus en la localidad toledana de Illescas y el estabilizador horizontal, una de las piezas más sofisticadas de la cola del aparato, se ha hecho en las plantas de Sevilla y Getafe, en cuya sede madrileña se ha ensamblado antes de su envío a Toulouse.
España también aporta al proyecto la construcción de una parte de la panza del nuevo modelo aéreo, precisó un portavoz de la aerolínea.
Con esas características, Airbus pretende reducir la distancia que le lleva el 787, que está en el mercado desde el otoño de 2011 y que acumula 890 pedidos, frente a los 613 del A350.
El avión europeo dispondrá de tres configuraciones y podrá transportar entre 270 y 350 pasajeros a un radio de 15.000 kilómetros sin escala.
Está diseñado para cubrir el segmento de la aeronáutica más dinámico de los próximos años, con una demanda futura estimada de 5,000 aviones.
Airbus ha invertido más de 10,000 millones de euros en este modelo, algo más de lo que le costó en su día desarrollar el A380.
Pero el fabricante europeo espera garantizar gracias a él unos 35.000 empleos en los próximos 20 años.
Su llegada al mercado acumula año y medio de retrasos, pero son menos que los tres años del 787, ligados esencialmente a sus baterías de litio, que le obligaron a estar varios meses en tierra por un problema de recalentamiento.
Airbus ha optado por no equipar a su modelo con esas baterías y ha apostado por equipamientos más tradicionales para evitar problemas de industrialización.