Un frente latinoamericano busca apoyos en la CITES para proteger tiburones

Un frente de países latinoamericanos empezó hoy en Bangkok a negociar con otras naciones de la Convención sobre el Comercio Internacional de Flora y Fauna (CITES), el apoyo a sus propuestas de protección de los tiburones, de los que cada año se capturan unos cien millones en todo el mundo.

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Ayer comenzó en Bangkok la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro, Fauna Salvaje y Flora (CITES), que se celebra hasta el próximo 14 de marzo.

Brasil, Colombia y Ecuador abanderan las iniciativas para regular las capturas de los tiburones de punta blanco, martillo y sardinero, además de mantas, que se someterán a aprobación durante la reunión que se celebra en la capital tailandesa hasta el 14 de marzo, a la que asisten unos 2,000 delegados de 177 países.

Las mayores esfuerzos se centran en tres especies de tiburón martillo, que además de estos tres países, también proponen su protección Costa Rica, Honduras y México, con el apoyo de la Unión Europea.

"Esta es una de las propuestas que se ha presentado con el apoyo de un mayor número de países en la historia de la CITES", aseguró Juan Carlos Cantú, director de programas en México de Defenders of Wildlife, organización que asiste a los promotores de la iniciativa.

Estos aprovecharon la primera reunión del bloque regional que forman Sur y Centroamérica y el Caribe para iniciar un diálogo que permita dotar a estas especies de una protección que en la última Convención de Doha, en 2010, no se logró en el caso del tiburón sardinero por un solo voto.

El costarricense Randal Arauz se mostró confiado en conseguir la adhesión de países latinoamericanos y caribeños que hace tres años votaron en contra o se abstuvieron ante las propuestas de protección de tiburones que entonces presentaron Estados Unidos y Palau.

Organizaciones conservacionistas denuncian que China y Japón presionaron y compraron votos de varios países para impedir la inclusión de los escualos en el apéndice 2 de la CITES, lo que limita sus capturas para que estas no pongan en riesgo su población.

Los dos países asiáticos, en los que estos animales son apreciados por su aleta, se oponen a cualquier medida de protección de la CITES, cuya aprobación requiere dos tercios de los votos.

Tras la reunión de hoy, Arauz dijo a Efe que la "asistencia al desarrollo" que ofrece Japón o Taiwán está detrás de las reticencias de algunos países centroamericanos a aprobar estas medidas de protección.

El representante del Ministerio de Medio Ambiente de Colombia, Juan Pablo Caldas, admitió a Efe que "hay países que influyen en las decisiones de otros más pequeños", aunque atribuyó los desacuerdos iniciales a dificultades administrativas.

Según las organizaciones de defensa de los animales, cada año se captura en todo el mundo unos 100 millones de tiburones, de los cuales, las aletas de entre 26 y 73 millones pasan por el mercado de Hong Kong, que concentra la mitad del comercio mundial.

En la segunda jornada del encuentro de la CITES también se inició el debate ministerial sobre medidas para combatir el crimen organizado en el tráfico de fauna salvaje y flora, sobre todo en el comercio ilegal de marfil, cuerno de rinoceronte y madera.

En la apertura de la convención, la primera ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra, anunció ayer cambios legales para prohibir en el país este comercio que alimenta la caza furtiva de elefantes en África.

Por otro lado, grupos proteccionistas pidieron hoy apoyo para una iniciativa de Kenia que insta Sudáfrica y Suazilandia a suspender los trofeos de cuerno de rinoceronte en cacerías autorizadas.

Según las organizaciones, grupos criminales aprovechan esta normativa para hacer pasar cuernos obtenidos mediante caza furtiva como si fueran trofeos deportivos.

Los 2.000 delegados que participarán en la conferencia en Bangkok debatirán 70 propuestas para modificar la protección de especies de fauna y flora.

El CITES es un acuerdo adoptado por 177 países que desde 1973 ha catalogado unas 35,000 especies de animales y plantas, para regular su comercio internacional y evitar que afecte la supervivencia de estas especies.