La operadora de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), anunció el pasado día 7 que unas 5.5 toneladas de agua contaminada con elementos radiactivos fueron a parar al suelo de las instalaciones nucleares por un error humano.
El ministro de Economía, Comercio e Industria, Ken Saito, afirmó este martes que ha pedido a TEPCO garantizar la seguridad del proceso de desmantelamiento y gestión de residuos de la planta, en declaraciones a los medios nipones.
"Un solo error puede derivar en la pérdida de confianza de la comunidad local y de la sociedad", dijo Saito.
Asimismo, el organismo nacional de regulación nuclear señaló que TEPCO podría haber vulnerado las medidas establecidas para el desmantelamiento de la central, y anunció que continúa investigando los detalles del incidente.
La fuga se produjo debido a que una válvula permaneció abierta de forma errónea durante una operación de trasvase de agua contaminada llevada a cabo por los trabajadores de la planta, según explicó Tokyo Electric Power.
Se calcula que el líquido vertido podía contener hasta 220 veces el nivel máximo de materiales radiactivos como el cesio-137 fijado por las autoridades niponas.
TEPCO afirmó que "no se ha detectado ningún impacto" en los niveles de radiación medioambiental en el exterior de la planta ni en la salud de los trabajadores a raíz del incidente, que se produjo unos seis meses después de que la central comenzara su vertido controlado al Pacífico de agua contaminada y tratada.
La planta accidentada por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011 comenzó el pasado agosto a descargar en el Pacífico las grandes cantidades de agua procesada que se generan y almacenan en sus instalaciones, una medida que está siendo supervisada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Este agua es tratada mediante un complejo sistema de filtrado que elimina la mayor parte de los elementos radiactivos nocivos, menos el tritio (un isótopo nuclear presente en la naturaleza), antes de su almacenamiento en tanques para ser vertida.
Actualmente hay más de 1,000 tanques en los terrenos de la planta y se espera que su vertido, que ha despertado fuertes protestas de la vecina China y del sector pesquero nipón, se prolongue al menos durante 30 años.
TEPCO ya recibió el año pasado una amonestación de las autoridades niponas después de que varios trabajadores resultaran expuestos a dosis excesivas de radiación, y se comprometió a trabajar para evitar incidentes similares.