¿Qué nos pueden enseñar nuestros ancestros sobre adaptación al clima?

A seguir le presentamos dos ejemplos de proyectos, uno en Guyana y otro en Perú, que toman en cuenta las lecciones aprendidas por nuestros ancestros para adaptarnos a las condiciones climáticas de hoy en día.

Tanto en el pasado como ahora, las terrazas agrícolas precolombinas son una manera de expandir las posibilidades de cultivos, adaptándolos a los cambios climáticos, controlando la erosión y previniendo desastres naturales mientras se garantiza la seguridad alimentaria. Perú está mirando a esta rica herencia cultural y quiere recuperar la producción de sus terrazas agrícolas precolombinas, o “pata-pata” en lengua quechua.

El proyecto es ambicioso. Primero se realizó una lista y luego el georreferenciamiento de 340,719 hectáreas de terrazas a lo largo de las 11 regiones del país. Luego encontramos que el 75 por ciento del “pata-pata” está actualmente en uso, pero en algunas zonas la productividad es especialmente baja debido a su deterioro.

De los agricultores que participaron en la prueba piloto, el 84 por ciento  ha visto mejorías en sus ingresos gracias al aumento de la productividad y en el caso de la quínoa por ejemplo se duplicó.

16,000 familias, residentes de solo 6 por ciento de dichas terrazas, podrían aumentar sus ingresos utilizando los recursos naturales para equilibrar la agricultura hidropónica así como elementos de pequeñas infraestructuras hídricas y a la vez reforzar sus capacidades técnicas, promoviendo el conocimiento cultural y creando un sello de “cosecha tradicional”.

Mientras, en Guyana, 208 familias ya han compartido y preservado conocimientos tradicionales de construcción. Estos conocimientos se han plasmado en viviendas hechas con materiales locales y asequibles, que cuentan con sistemas de saneamiento y agua potable gracias a los sistemas de recolección de agua de lluvia. Las viviendas asequibles presentan un problema incluso donde existen los subsidios. La solución que está siendo probada en dos regiones de Guyana es un sistema en el cual la comunidad afronta el costo de las viviendas nuevas o las mejorías con su propio tiempo y trabajo.

Este esquema revolucionario de viviendas se está implementando en el interior del país para mejorar la calidad de vida de las poblaciones indígenas, un grupo caracterizado por altas tasas de desempleo y pobreza.

Esto es solo el comienzo, pero este tipo de programas pueden generar esperanza por un futuro mejor.